¿Popotes? No, el mayor contaminante de los océanos son las colillas de cigarro que terminan en el fondo del mar y la arena una vez que las desechas al terminar de fumar.
De acuerdo con NBC News, los popotes no son el producto que más contamina los océanos —a pesar de todas las campañas recientes para reducir su uso—, sino que de los cinco mil 600 millones de cigarros con filtros de acetato de celulosa (que es un tipo de plástico), dos tercios de ellos terminan en el mar debido a su deshecho irresponsable por parte de los usuarios.
Para combatir este problema, la asociación Cigarette Butt Pollution Project en Estados Unidos, ha estado presionando al gobierno para prohibir este tipo de filtros.
El fundador de esta asociación, Thomas Novotny, dijo que estos filtros no aportan ningún beneficio para la salud de los fumadores, sino que únicamente se utilizan por comodidad. Al mismo tiempo, las colillas de este tipo que terminan en el mar sueltan sustancias químicas tóxicas para los peces y humanos. A pesar de que esta iniciativa aún no ha tenido resultados con el gobierno, el verdadero problema es el hábito de muchos fumadores de no desechar de manera responsable sus colillas, ya que de acuerdo con cifras de Ocean Conservancy, desde hace 32 años más de 60 millones de colillas se han recogido de las playas.
¿Popotes? No, el mayor contaminante de los océanos son las colillas de cigarro que terminan en el fondo del mar y la arena una vez que las desechas al terminar de fumar.
De acuerdo con NBC News, los popotes no son el producto que más contamina los océanos —a pesar de todas las campañas recientes para reducir su uso—, sino que de los cinco mil 600 millones de cigarros con filtros de acetato de celulosa (que es un tipo de plástico), dos tercios de ellos terminan en el mar debido a su deshecho irresponsable por parte de los usuarios.
Para combatir este problema, la asociación Cigarette Butt Pollution Projecten Estados Unidos, ha estado presionando al gobierno para prohibir este tipo de filtros.
El fundador de esta asociación, Thomas Novotny, dijo que estos filtros no aportan ningún beneficio para la salud de los fumadores, sino que únicamente se utilizan por comodidad. Al mismo tiempo, las colillas de este tipo que terminan en el mar sueltan sustancias químicas tóxicas para los peces y humanos.
A pesar de que esta iniciativa aún no ha tenido resultados con el gobierno, el verdadero problema es el hábito de muchos fumadores de no desechar de manera responsable sus colillas, ya que de acuerdo con cifras de Ocean Conservancy, desde hace 32 años más de 60 millones de colillas se han recogido de las playas.