Desde el pasado diciembre del 2020 inició la vacunación contra el COVID-19, y aunque esta dio esperanza para regresar a la normalidad, ahora preocupa a la población por sus posibles efectos secunadrios.
Tras ser vacunados, han surgido casos al rededor del mundo de personas que han muerto de infartos, coágulos en la sangre, entre otras cosas. Sin embargo, expertos indican que hasta el momento ninguno de los decesos se le atribuye al cien por ciento a la dosis.
Recientemente se dio a conocer la muerte de Javier Nolasco, un hombre de 75 años, quien de manera lamentable perdió la vida a causa de un infarto fulminante tras recibir la vacuna Pfizer en en la UAM Azcapotzalco, CDMX. La familia afirma el hombre no padecía de enfermedades.
"Mi papá no iba en estado crítico, tenemos un vídeo en dónde acude por su propio pie, no era un momento que nosotros dijéramos que iba a fallecer", expresó Viviana, su hija. "Nada más le preguntaron sus padecimientos, sus medicamentos y ¡adiós eso fue todo! , pero no estaban los médicos, eran los brigadistas".
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Las autoridades dieron a conocer que la muerte de Javier se vendió a una hipertensión. Sin embargo, la familia reitera que su enfermedad estaba tratada y que en el módulo le recomendaron la vacunación a pesar de haber sufrido un derrame pleural el año pasado.
"Esa persona sí fue vacunada, después salió de la observación, cuando llegó a su casa se quedó dormida y falleció, desafortunadamente. Lo que se hizo fue la investigación epidemiológica de inmediato y lo que tenía esta persona es que era un enfermo cardiaco ya grave, hipertenso, diabético", informó la secretaria de Salud capitalina, Olivia López.
Ante esto, Viviana sostiene que su papá, Nolasco, estaba completamente controlado. "Tomó sus medicamentos pertinentes, desayunó y afortunadamente él se sentía a gusto, se sentía muy contento porque se había ido a vacunar".
OTROS CASOS...
Desafortunadamente son otros los casos similares que se le atribuyen en relación a las vacunas contra COVID-19.
Tres países de Europa han anunciado la prohibición de la dosis de AstraZeneca debido a que se han dado a conocer diversas muertes tras su aplicación.
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Y aunque se desconoce si estas muertes son atribuibles de manera directa a la vacuna de la farmacéutica, autoridades han decidido cancelar su aplicación hasta nuevos análisis que descarten los posibles efectos secundarios graves.