Durante una homilía realizada en la Parroquia de San Juan Bautista de La Salle, ubicada en Coahuila, entiendan en la cual la semana pasada se despenalizó el aborto, el cura Lázaro Hernández, no solo criticó a las mujeres que abortan, sino que hizo apología de posibles feminicidios al preguntarse: ¿Por qué matamos a la mamá que tampoco va a servir para nada?.
Para justificar su llamado a la violencia contra las mujeres que, por circunstancias que seguramente quisieran evitar, tienen que recurrir al aborto, Lázaro Hernández señaló que las personas pro aborto pareciera que piensan que los niños estorban y, por ello, hay que matarlos. Sin embargo él dio a entender que entonces en tal caso, ¿por qué no matarlas a ellas también?: "una mujer que aborta ya no sirve para nada. Está hueca, moral, física y sicológica”.
Tras la difusión del video con las polémicas declaraciones de Hernández, las merecidas críticas no se hicieron esperar, las cuales llegaron a incluir ofensan contra el parroco.
“En un país donde se cometen diariamente 11 feminicidios, que se envíe este tipo de mensajes por parte de la iglesia católica es gravísimo e inaceptable”, señaló el colectivo feminista “Marea Verde”.
En conferencia de prensa, sacerdotes de la parroquia De la Salle, incluido Lázaro Hernández, señalaron que las declaraciones de éste fueron “sacadas de contexto".
Según el propio Hernández, a lo que él se refería era a la defensa de la dignidad de la familia, así como los derechos de ésta: “despertar conciencias de la importancia de la vida, no de la muerte”.
En su intento de justificación, el cura dejó claro que, para él, las mujeres que abortan son asesinas, ya que señaló que lo que pretende es que la gente se pregunte por qué matar niños que no se pueden defender y dejar libres a los asesinos que sí lo pueden hacer.
Lázaro Hernández pasó a embarrar a la gente que acude a la parroquia en la que oficia, ya que señaló que nadie de los presentes en la misa le reclamó nada. Fue hasta que se difundió la grabación con sus declaraciones que sintió el verdadero terror.