Sandrine Graneau, de origen francés, perdió varias extremidades. Los médicos tuvieron que amputarle pies y dedos para salvar su vida del Síndrome de Shock Tóxico.
Según declaraciones, el síndrome fue a consecuencia del uso de una copa menstrual. Dicha tragedia ocurrió tan solo unas semanas después de que se diera a conocer la noticia de la muerte de una adolescencia por el mismo mal, solo que por utilizar un tampón.
Medios locales reportaron que la mujer perdió ambos pies y 18 falanges de las manos. Se explica que la toxina se esparció por sus órganos, dañando riñones e hígados. Tuvo que estar internada en terapia intensiva durante tres semanas.
Sandrine, enfermera de profesión y madre de tres hijos, relató que no recuerda cuánto tiempo llevó puesta la copa, pero que en la noche comenzó a sentir dolor que más tarde se intensificó.
Con información de Milenio
EM