Daniela Benítez, de 23 años, tenía bien claro cuál era su sueño y objetivo más grande en esta vida: convertirse en mamá. Sin embargo nunca imagino que su hijo saldría del vientre de su madre, ni que a pesar de eso, su cuerpo tomaría de una manera sabia y natural la llegada de su pequeño, permitiéndole incluso amantarlo.
A los 22 años, Daniela mantenía una relación amorosa con Damián González, la joven pareja vivía en casa de la madre de la chica, momento en el que empezaba a hacer su sueño realidad, pues había quedado embarazada.
Sin embargo, a las 32 semanas de gestación tuvo que realizarse un ecodoppler debido a los fuertes malestares que presentaba. Lo que resultó en su hospitalización, pues el feto no venía bien. Tuvo que ser intervenida quirúrgicamente realizándole una cesárea.
Esa ocasión Daniela no solo perdió a su bebé, sino toda esperanza de cumplir su sueño, pues durante "el parto" le tuvo que ser retirado el útero pues cuestiones de salud, lo cual le quitaba la oportunidad de intentar nuevamente convertirse en lo que ella más quería, madre.
Después de su lamentable aborto, a los 23 años, Daniela intentó por otros medios cumplir su sueño. Centro sus energías en poder adoptar un bebé, proceso que duró tres años intentando, siempre obteniendo una respuesta negativa ante su petición, todo debido a su estatus económico, el cual no se encontraba en el mejor momento.
Sin esperanza de adopción, Daniela y su madre, Sandra, decidieron visitar un médico para ver si el útero había crecido, brindando alguna posibilidad de embarazo. Aunque la respuesta fue negativa, si se planteo la existencia de óvulos fértiles para procrear. La madre inmediatamente se ofreció como "mamá canguro", prestando si vientre para que su nieto naciera.
A sus 50 años, Sandra comenzó el proceso de embarazo y aunque por si gran edad representaba un riesgo para el feto, los deseos por ver a su hija realizada, lograron lo prometido.
Sorpresivamente el sueño de Daniela de convertirse en madre era tal, que su cuerpo reaccionó al instinto y a sus anhelos, por lo que pese a las dudas, al momento de nacer su hijo, pudo amamantarlo y verlo crecer como si fuera ella quien lo desarrollo en su vientre durante 9 meses.