El francés Alain Cocq sufre una enfermedad degenerativa que no tiene cura. Su condición es agonizante, pues la enfermedad hace que las arterias colapsen sobre sí mismas, provocando aneurismas cerebrales, convulsiones y dolores constantes.
Fue a finales del mes de agosto cuando el hombre, de 57 años de edad, anunció que, exactamente en dos semanas, rechazaría la atención médica durante 24 horas, la cual lo mantiene con vida. Afirmó de esta manera que su plan transmitir en vivo su muerte a través de Facebook, en una manera de protesta en contra de las leyes francesas que prohíben la eutanasia.
Explicó que la decisión la tomó después de no poder persuadir al presidente francés Emmanuel Macron de cambiar las reglas del país con respecto al suicidio medicamente asistido.
"Debido a que no estoy por encima de la ley, no puedo cumplir con su solicitud. No puedo pedirle a nadie que vaya más allá de nuestro marco legal actual", declaró Macron en una carta que Cocq publicó en las redes sociales este jueves. "Su deseo es solicitar asistencia activa para morir, lo que actualmente no está permitido en nuestro país", concluyó el mandatario, precisando que respetaba las acciones del enfermo.
A su vez el hombre puntualizó que espera ser recordado por su decisión y que espera que su protesta allanará el camino para los cambios legales que le permitan algunas formas de suicidio asistido.
El hombre ha estado postrado en cama durante dos años debido a su enfermedad. "He llegado a un punto en el que ya no es tolerable", dijo a finales de agosto. En ese momento, especificó que tendría que "seguir un camino que es muy doloroso" si Macron se negaba a permitirle "morir con dignidad".
Desde 2016, los médicos franceses pueden mantener sedados a los pacientes terminales durante sus momentos finales. Sin embargo, Cocq rechaza esta opción porque desea permanecer consciente antes de su muerte.