En lo alto de los Alpes de Francia, la nieve que normalmente es blanca, comienza a derretirse con la llegada del verano, la cual curiosamente comienza a cambiar de color. El manto blanco empieza a adquirir un ligero tono rosado, que poco a poco logra alcanzar un tono rojo intenso. Un fenómeno que ha sido nombrado como 'Nieve de Sangre', 'Sangre de glaciar', 'Nieve de Sandía', 'Nieve de Fresa', etc.
Este cambio, que aunque sorprendente y extraordinario, tiene un origen natural. Las responsables de esta coloración son las microalgas que afectan la tonalidad de la nieve mediante su pigmentación. Esta variación de color permite que las algas puedan absorber mejor la luz del sol y por tanto facilita la fotosíntesis.
Pero, aunque se trate de un fenómeno natural que ha sucedido históricamente en algunas partes del mundo, en los últimos años la aparición de estas algas se ha multiplicado. Esta floración repentina de algas en la nieve no es algo que se haya estudiado en profundidad, pero los científicos apuntan a que no es una buena señal y que el motivo podría ser el cambio climático.
Por eso, un grupo de científicos ha viajado recientemente a los Alpes para estudiar estos misteriosos organismos. La expedición es parte del proyecto AlpAlga, un esfuerzo para estudiar las microalgas que viven en las montañas, entre 1000 y 3000 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Mediante el análisis de las algas en distintas cumbres y una comprobación de su ADN han descubierto que estas algas podrían ser un peligro para el ecosistema.
TE RECOMENDAMOS: Solsticio de invierno 2021: La noche más larga de Argentina
El estudio, publicado en Frontiers in Plant Science, cataloga las distintas especies de alga. Algunas prefieren elevaciones concretas y se han adaptado a las condiciones específicas de esa altura. Una alga en particular solo crece a partir de los 2.000 metros. Pero, de todos los hallazgos, el más preocupante es que la pigmentación de todas estas algas, al absorber mejor luz solar, hace que la nieve se derrita más rápido.