Oscura teoria afirma que los personajes de 'El Chavo del 8' representan los pecados capitales 

La serie creada por Chespirito ha conquistado al publico latinoamericano, sin embargo ha trascendido una hipótesis que desentraña una críptica posibilidad

Canciller de Francia llega a Colombia para revisar agenda bilateral
Nacional /

El Chavo del 8 fue una serie que cautivó al público, quienes por años siguieron las aventuras y situaciones de un grupo de inquilinos de una vecindad en México. 

Pese a su popularidad y el gran cariño que los televidentes tomaron por cada uno de sus personajes, hay quienes ponen en duda la inocencia detrás del llamado "humorismo blanco" de Chespirito, pues algunas teorias en internet apuntan que detrás de los chascarrillos de El Chavo, La Chilindrina, Quico, Ñoño y sus amigos, bien podría existir un subtexto mucho más profundo y sombrío.

Una de ellas apunta a que el actor, escritor y director conocido como Chespirito, creó en el universo de uno de sus personajes más populares una alegoría o representación del infierno, empleando mensajes subliminales que sólo pocos habrían notado.

La teoría señala que cada uno de los habitantes de la vecindad representa a uno de los siete pecados capitales entre otros vicios castigados por la fe cristiana.

Iniciando con 'El Chavo' que siempre está con hambre, ha cometido el pecado de la gula, que en una interpretación más críptica se señala que su predilección por la famosa torta de jamón sería una muestra de desprecio a las leyes divinas, que según versiones tradicionales prohibía el consumo de carne de cerdo por ser considerado un animal sucio.

También se sugiere que, en su calidad de pecador, El Chavo no tiene respeto por ninguna autoridad volviéndolo un rebelde, como se pone de manifiesto al llamarle a su mentor “Maestro Longaniza”, otra referencia velada a la carne porcina.

Por su parte, Don Ramón, quien no trabaja y se la pasa evadiendo sus responsabilidades como padre e inquilino, sería un referente del pecado de la pereza.

El Señor Barriga, según la hipótesis, sería la representación de la codicia, pues se menciona que quién más sino un avaro podría acudir casi todos los días a cobrar un alquiler mensual.

Por su parte, Quico, el niño mimado más rico de la vecindad podría ser la representación de la soberbia impulsada por la envidia, pues cada vez que ve a sus vecinos más desfavorecidos disfrutar de un juguete sencillo y estropeado siempre buscaba causar su envidia presumiendo uno más grande y novedoso, aunque esto no fuera suficiente para satisfacerlo.

La Chilindrina, y su marcada personalidad intolerante sería la ira, pues no son pocas las ocasiones en que al echarle a perder el juego a sus compañeros y con el capricho incumplido, traduce su enojo al llanto y los berrinches con los que pretende llamar más la atención.

Doña Florinda y el señor Jirafales son un guiño a la lujuria y dejan a la imaginación retorcida sus tardes enteras encerrados y tomando tacitas de café.

Según la detallada teoría, Doña Cleotilde, o La bruja del 71 es ejecutora de dos grandes pecados: la vanidad extrema y la hechicería, hecho que se hace evidente al llamar a su gato Satanás, que en algunas capítulos es un perro, por lo que la hipótesis señala que hace referencia a un demonio polimorfo. .

Por su parte, también Ñoño es señalado por su gula y Doña Florinda no se queda atrás al hacer gala de la soberbia, sobre todo por su desdén a “la chusma” como llama a los demás habitantes de la vecindad. 

Como esta elaborada teoría existen muchas más rondando internet, y en ellas se tocan aspectos presuntamente abordados en la obra televisiva de Chespirito, como el ocultismo, los mensajes subliminales e incluso, la masonería que el humorista presuntamente practicaba.

  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
LAS MÁS VISTAS