SEHWAN, Pakistán (AP) — Fuerzas paquistaníes mataron y detuvieron a decenas de sospechosos en grandes redadas durante la noche del jueves y hasta la mañana del viernes. La operación se lanzó después de que 75 fieles murieran el jueves en un atentado del grupo extremista Estado Islámico.
El ataque suicida contra un conocido santuario sufí en el sur del país fue el más mortal que sufría Pakistán en varios años. El suceso conmocionó al país y planteó dudas sobre la capacidad de las autoridades para controlar a los grupos armados pese a varias ofensivas militares contra los bastiones de las milicias.
Las redadas en escondites insurgentes de todo el país provocaron tiroteos en los que murieron al menos 39 milicianos, según tres fuentes de seguridad que hablaron bajo condición de anonimato para comentar las operaciones.
La mayoría de los operativos corrieron a cargo de los Rangers, una unidad paramilitar. En una de las incursiones, los agentes mataron a 11 sospechosos en un escondite miliciano en la ciudad portuaria de Karachi. En otro, los Rangers se vieron atacados cuando volvían de Sehwan, una localidad en la provincia sureña de Sindh, donde se produjo el atentado, y mataron a siete de los agresores.
También se produjeron registros en el noroeste de Pakistán y en la provincia oriental de Punjab. En total fueron detenidos 47 sospechosos, según las autoridades.
El ataque del jueves fue el más mortal en el país desde el asalto del 16 de diciembre de 2014 contra una escuela gestionada por el ejército en Peshawar, donde murieron 154 personas, la mayoría niños.