Las cifras del 2020 han apuntado que hasta el mes de septiembre han sido denunciadas un total de 5 mil 436 llamas de extorisión telefónica en el país, sin tomar en cuenta la cifra negra que son personas que no denuncian el delito ante las autoridades.
Las estimaciones realizadas han apuntado que el 70% de las llamadas son provenientes desde dentro de alguna cárcel.
Uno de los extorsionadores telefónicos es Juan José Piña “El Paparro”, estaba preso en Santa Martha Acatitla. El y otros sujetos buscan el dato del titular de la línea telefónica y con eso empiezan a detectar información con las personas que contestan el teléfono.
A veces dicen que llaman de una empresa y así van sacando datos de las potenciales víctimas. Tienen grabaciones de gente llorando, de sirenas de patrullas, de otras cosas para hacer más real la llamada telefónica.
En ocasiones, cuando se recibe una llamada de extorsión, el número que aparece en el identificador de llamadas no es del estado en donde se encuentra la persona; esto tiene que ver con los chips que usan los reos.
Las autoridades han descubierto en algunos reos utilizan los escapularios, en los cuales estos sujetos esconden los chips de los celulares.
Lo que se sabe es que cómplices de los reos van a otros estados para comprar allá los chips, llevarlos hasta el interior de la cárcel para que los reos puedan utilizarlos para fingir que llaman desde Jalisco, Michoacán, y otras entidades.
Los extorsionadores dicen ser miembros de grupos delictivos que están “de moda”, por ejemplo, en la CDMX dice que pertenecen a La Unión o el Cártel Jalisco Nueva Generación.