La vocación del sacerdote Joao Paulo Araujo en la parroquia de Sant’Ana Gravatá va más allá de su amor por cristo, pues en sus misas desmuestra que ayudar al progimo siempre es gratificante.
Admirado por muchos, Araujo siempre es acompañado por algún perrito callejero en misa, mismo al que presente a los feligreses presentes para quien pueda ayudarlo a encontrar un hogar y le ofrezca una familia.
A través de redes sociales se viralizó una de las imágenes que lo muestran en la iglesia, mientras el cachorro lo acompaña durante su sermón.
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El religoso ha confesado que además de brindarles comida, también busca la manera de solventar los gastos que requieren e incluso curar las heridas que en ocasiones pueden llegar a presentar y llevarlos a sus citas con el veteriario cuando es necesario.
Todo eso, mientras encuentran un hogar donde puedan establecerse de manera permamente.
Afortunadamente, muchos de los que acuden a la eucaristía ayudan a que el padre Joao Paulo pueda seguir haciendo buenas obras con los perros que no tienen un hogar.