Los olores de la cocina se mezclan, mientras el bullicio de la gente que abarrota “El Rey del Taco” se confunde con el de la vendimia del mercado Jean-Talón, donde el mexicano Javier Muñoz ha erigido su trono.
Metido en la cocina desde las seis de la mañana, cuando se realiza el preparado del arroz y las salsas, y se pica la verdura con la que se trabajará durante la jornada, don Javier saludó cordial y aseguró: ”aquí siempre hay trabajo, pero si no hay tiempo, nos lo hacemos”, y tras unos minutos se desprende de su plancha para contar su historia.
Oriundo de la ciudad de Querétaro, don Javier y su familia salieron de México al iniciar el siglo, orillado por las condiciones en México; como todos, dijo, “salimos con la ilusión de un mejor porvenir para la familia y gracias a Dios, con muchos esfuerzos, se ha ido logrando”.
Como cualquier migrante, hizo de todo, pero su gusto por la cocina lo llevó a trabajar en diferentes restaurantes de los que, a base de mucho trabajo, llegó a ser chef.
Su esfuerzo cristalizó hasta que hace unos años abrió su propio restaurante, que ha ido creciendo a paso lento pero firme y ya les ha permitido abrir un segundo establecimiento.
A 16 años de haber dejado México, en Montreal ha construido un lugar exitoso, incluido en las guías de restaurantes de la ciudad y bastante bien recomendado porque, comentó con orgullo, no es la típica taquería, sino un restaurante que apuesta por satisfacer a la clientela local.