Jean Mill invento una raza de gato doméstico llamado Bengal, la cual ofrecía a los admiradores de gatos salvajes lo mejor de dos mundos: un impecable pelaje de leopardo y un tamaño y comportamiento de un gato de interior.La creación de la mencionada raza derivó a que en los años anteriores se popularizó el glamour, la clase y la creatividad que brindaba tener como mascota un gato salvaje. Sin embargo a mediados de la década de los 70, una ola de concientización y legislación que protegía la vida silvestre cambió la óptica de poseer un felino salvaje, por lo que me brindó una alternativa para continuar disfrutando de felinos con pelajes hermosos.
Judith Sugden, de 71 años de edad, es la hija de Mill continuó con su legado.La mujer imagino un gato doméstico con un reluciente pelaje a rayas entre anaranjado y negro, parecido a un tigre. Con orejas diminutas y de redondas, una nariz ancha y una panza blanca como la de un tigre. Solamente pesaría 4.5 kilos pero se movería con la agilidad de una gacela, evocaría esa seductora esencia de la tigritud. Sería llamado Toyger (yuxtaposición de toy, y ger, la parte final de tiger).
Actualmente, en el mercado, un toyger puede llegar a costar hasta 5000 dólares, el precio similar que cuesta un tigre verdadero en Estados Unidos. Los precios tienden a ser altos debido a que los creadores deben de cubrir todos los gastos de un propietario (caja con piedritas, la comida, el veterinario y el seguro de la mascota), multiplicado por la cantidad de animales que tengan resguardados. Además, se deben de involucrar seriamente en evolución genética de una especie ya que se trata de una inversión seria.
Es importante tener en cuenta en donde se ubicara el toyger, pues los gatos considerado híbridos, como el Bengal, son ilegales en algunos lugares como la ciudad de Nueva York y Hawái. El Rhode Island los dueños de los toyger deberán requerir un permiso para su adquisición, al igual de aquellos que busquen tener como mascota un caimán, un chimpancé o un lobo.