WASHINGTON (AP) — La guerra en Afganistán, la más larga en la que ha participado Estados Unidos, hasta ahora está recibiendo poca atención del gobierno de Donald Trump, pese a la prolongada lucha para contener al Talibán y combatir a una resistente filial del Estado Islámico allí.
El conflicto, ahora en su 16to año, solo fue mencionado someramente por el presidente el lunes durante una visita que hizo al Comando Central estadounidense, que supervisa las guerras en Oriente Medio. Y se ha hablado poco sobre una política reestructurada para fortalecer a las fuerzas de seguridad afganas en su labor por mejorar la seguridad de su país.
Estados Unidos, afirmó Trump en Tampa, expresa su gratitud a "todo el mundo que presta servicio en el extranjero, incluido nuestro personal militar en Afganistán". Eso fue todo lo que dijo sobre un conflicto en el que participan unos 8.400 efectivos estadounidenses que llevan a cabo operativos antiterroristas contra los insurgentes, al tiempo que entrenan y asesoran a las fuerzas armadas afganas.
El contraste con el esfuerzo estadounidense para derrotar al Estado Islámico en Siria ha sido sorprendente. Mientras que Trump le ha dado 30 días al Pentágono para que le presente un nuevo plan para derrotar al califato, según se hace llamar ese grupo extremista, no se ha emitido una orden similar enfocada en Afganistán. Se desconoce si la Casa Blanca simplemente desea conservar las políticas del gobierno de Barack Obama de reforzar a las fuerzas afganas y mantener a algunos soldados estadounidenses en el país para misiones de combate al terrorismo.
El Talibán ha logrado "avances y ha erosionado algunos de nuestros éxitos", dijo el secretario de Defensa Jim Mattis el mes pasado en su audiencia de confirmación, otro escenario donde el conflicto en Afganistán generó escaso interés. De alguna forma, el silencio ha reforzado la idea de que esta es una "guerra olvidada" de la época moderna.
Sin embargo, en el Pentágono hay una expectativa generalizada de que Mattis examinará cuidadosamente la campaña. Como general retirado de la infantería de Marina, él comandó tropas allí en los primeros días de la guerra, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Respalda firmemente el que la coalición de la OTAN encabece los esfuerzos de entrenamiento y asesoría. Mattis habló el martes con el presidente afgano Ashraf Ghani, un día en el que un atentado suicida en la Corte Suprema en Kabul dejó al menos 19 muertos. Los ataques recientes han estado cada vez más enfocados en el poder judicial de Afganistán.