Bruselas, 29 Dic (Notimex).- La Unión Europea (UE) enfrenta en 2017 el doble desafío de recobrar la confianza de sus ciudadanos y su peso diplomático en el mundo, tras un año marcado por el “Brexit”, atentados terroristas, nacionalismos y una Rusia cada día más desafiante.
La decisión de la población de Reino Unido de separarse de la mancomunidad, el pasado junio, fue la primera señal de que la crisis política y social europea es más grande de lo que se pensaba.
En paralelo a la crisis interna, los europeos constataron también el debilitamiento de la UE en el tablero internacional por el fracaso de su diplomacia en mediar un alto fuego con Rusia en el este de Ucrania y en Siria.
“El proyecto europeo ha estado en caída libre en 2016. La gran cuestión es si 2017 verá algún tipo de recuperación o una visión sin fin de desintegración política y económica”, dice Giles Merritt, secretario general de Friends of Europe.
El pretendido camino de la salvación se trazó en septiembre, durante una cumbre extraordinaria en Bratislava, la primera a la que no asistió Reino Unido.
Pasa por la restauración de las fronteras europeas, el refuerzo de la seguridad y el retorno de la protección social, tres de las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos a día de hoy, de acuerdo con los expertos de Bruselas.
Las medidas concretas para edificar esos tres pilares están en fase de discusión y deberían ser pactadas en marzo, cuando los Veintiocho se reúnan para celebrar los 60 años del Tratado de Roma, en la capital que presta su nombre al documento fundador de la UE.
De ese cambio de percepción dependerán los resultados electorales en Francia, Alemania y Holanda, países en los que 2016 ha sido un año fértil para la extrema derecha.