Este martes, el Starship 9, nuevo prototipo de cohete de SpaceX, se estrelló y explotó al término de un vuelo de prueba. Las imágenes del episodio fueron compartidas por la empresa fundada por Elon Musk.
La nave que intentaron llevar a Marte pudo despegar, ascendió cerca de 10 kilómetros y explotó al tocar tierra creando una enorme bola de fuego. “Volvimos a tener otro gran vuelo. Sólo tenemos que trabajar un poco en el aterrizaje”, mencionó el locutor de SpaceX durante la transmisión en vivo.
Por su parte, Elon Musk no se pronunció en redes sociales, tras anunciar durante la noche del lunes que estaba 'fuera de Twitter por un tiempo'. Dicho cohete tuvo el permiso de despegar desde Boca Chica, Texas, por la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos. En un comienzo, se retrasó el permiso al revelar que el último lanzamiento de la compañía había violado los términos de su licencia.
A las 15:30 hora local, el cohete pudo despegar sin problemas y apagó progresivamente sus motores al llegar a los 10 kilóometros de altura. Acto seguido realizó maniobras de prueba en posición horizontal 'belly flop'.
Al intentar volver a la posición vertical para aterrizar surgieron dificultades. Por las imágenes, se puede apreciar que el cohete entró demasiado pronto y en un mal ángulo. Aterrizó con un potente estruendo, estallando en llamas y creando una gigante nube de llamas y polvo. Afortunadamente, el fuego no se propagó.
Segunda explosión en una de sus pruebas
El prototipo de nave espacial SN8 sufrió el mismo destino el pasado 9 de diciembre. En esta ocasión, la prueba se llevó a cabo en el condado de Cameron, en el estado de Texas, Estados Unidos.
La misión consistía en alcanzar una altitud de 12,5 kilómetros y regresar la nave para un aterrizaje vertical. Su regreso sería suave, con motores apagados, similar a la caída de un paracaidista.
La empresa de Elon Musk ya ha realizado cinco vuelos de prueba del Starship, pero al ser modelos más sencillos, no han alcanzado más de 150 metros de altura.