Todos hemos escuchado alguna vez a una persona decirle a otra ‘cabeza de alcornoque’ o ‘pedazo de alcornoque’ y suele tener una intención insultante, su significado en realidad no es tan profundo como parece, pero está íntimamente ligado con nuestra percepción de la naturaleza.
Así como lo leíste, la palabra alcornoque tiene sus orígenes en la naturaleza, pues es la forma en la que se nombra a los robles sobreros o alcornoques que son especies de árboles que tienen una corteza porosa que es de dónde se obtiene el corcho.
Por otra parte, su madera es lo suficientemente dura pero su corteza es más una especie de madera más débil por ser hueca, estas propiedades encajan perfecto con las características que se les atribuyen a las personas a las que se les considera ‘tontas’ o ‘ignorantes’.
Lo curioso es que aunque esta palabra es muy utilizada en México para insultar a las personas, la realidad es que este árbol no es muy popular en terrenos mexicanos pues proviene de Europa y el norte de África.
Por lo tanto su uso en México, de acuerdo con los registros de la Real Academia Española, puede deberse a una herencia que dejaron tanto los africanos como los españoles durante la conquista española, incluso es probable que desde esta época esta palabra ya fuera utilizada como un insulto.
Ahora se usa más en contextos en dónde si bien se busca insultar a alguien, no se quiere ser tan explícito, pues resulta una palabra sofisticada y que no tiene un sonido estridente que pueda causar enojo profundo al ser aludido con ella.
Esta palabra se une a otro grupo de expresiones que pueden funcionar como groserías, pero atenuadas cómo ‘cabeza de chorlito’, ‘Zoquete’ o ‘Zopenco’.
Cabeza de alcornoque: por qué le dicen así a las personas
La expresión ‘Cabeza de alcornoque’ se dirige a aquellas personas que nos son muy inteligentes, o que suelen tener ideas poco claras y por lo regular la expresión se usa al momento en el que la persona comete una acción equivocada.
Esto debido a que se comparan las características del corcho, con las de la cabeza de la persona que se equivoca, pues el corcho es una madera porosa y débil.
ERV