Aunque el origen de los apellidos en México y en otros países se remonta a siglos atrás, hoy en día siguen siendo una parte importante de nuestra identidad y nos permiten conectar con nuestras raíces y antepasados.
Los apellidos en México no sólo son una forma de diferenciar a las personas entre sí, sino también una forma de conocer la historia y la cultura de nuestro país.
Apellidos más comunes en México
En México, el apellido más común es Hernández, esto de acuerdo al Instituto Nacional Electoral (INE), pues contó con el mayor número de registros en el padrón electoral con más de 7 millones de personas en el país.
Después de Hernández, se suman a la lista los apellidos García con 5.2 millones de mexicanos, Martínez con 4.9, López 4.5, González 4.1, Pérez 3.5 y Rodríguez con 3.4, así como Sánchez con 3.3 millones de registros, Ramírez con 2.9, Cruz con 2.2, Flores con dos millones y finalmente Gómez con 1.8 millones.
Es así como nos damos cuenta que la mayoría de los apellidos más comunes en México terminan con el sufijo -ez. Esto tiene una explicación y es que su origen se remonta a la Edad Media, cuando las clases altas empezaron a usarlos.
Origen y necesidad de los apellidos
La necesidad de usar un apellido era poder diferenciar a las personas unas de otras si estas se llamaban igual.
Al principio los apellidos podían deberse al origen (Navarro, Trujillo), a alguna característica física (Calvo), a la personalidad (Bueno), o bien a la profesión (Zapata, Herrera), por citar algunos ejemplos. Posteriormente, los apellidos pasaron a ser hereditarios, identificando así a los familiares.
Muchos apellidos tienen su origen en las culturas prehispánicas y reflejan la rica herencia cultural del país. Por ejemplo, el apellido Zapata se refiere a la palabra náhuatl "zapatl", que significa "zapato", lo que sugiere que el antepasado de alguien con ese apellido podría haber sido un zapatero.
¿Por qué los apellidos terminan en -ez?
El sufijo -ez realmente no tiene un significado, hasta ahora es un misterio, pero como en otras lenguas como la inglesa se han llegado a utilizar sufijos como “son” o “sen” para los apellidos como Andersen o Jackson, los cuales significan ‘hijo de’, se ha llegado a pensar que lo mismo pasó con el sufijo -ez; por lo tanto, Hernández significaría hijo de Hernando, del mismo modo que Martínez sería hijo de Martín, González hijo de Gonzalo, Rodríguez hijo de Rodrigo y Fernández hijo de Fernando.
Aunque el sufijo -ez no tiene un significado claro, ha sido adoptado como un elemento común en muchos apellidos. De hecho, la terminación -ez se utiliza en muchos idiomas romances, incluyendo el español, el portugués y el catalán. Es posible que esto se deba a que el sufijo originalmente tenía algún tipo de significado o propósito que se ha perdido con el tiempo.
IML