Fortnite se convirtió en 2017 en uno de los videojuegos más populares de la historia, consiguiendo hasta más de 250 millones de jugadores. Entre ellos está Jordan Herzog, un chico de 13 años que, con el apoyo de su papá, abandonó la escuela para dedicar todo su tiempo a este juego.
Dave Herzog notó el talento de su hijo para los videojuegos cuando le regaló su primera consola a los tres años. El hombre, en lugar de regañarlo por pasar tanto tiempo frente a la pantalla, mostró su apoyo para que el chico participe en los torneos más importantes.
Sin embargo, la decisión de sacarlo de la escuela para que juegue Fortnitefue muy criticada por las autoridades escolares y los vecinos, pero Dave explicó al diario The Boston Globe que Jordan, conocido como Crimz, "aprende más en los videojuegos que en los libros".
Actualmente, Jordan entrena entre 10 y 14 horas diarias para el campeonato mundial de Fortnite, donde el mejor jugador podrá ganar hasta tres millones de dólares.
Para evitar las distracciones, Dave lleva el desayuno, comida y cena del menor a su habitación, para que coma frente a la pantalla y no pierda ni un momento.
Hasta el momento, Jordan ha ganado más de 60 mil dólares en premios por jugar Fortnite y explicó que este año calcula ganar entre cien mil y 150 mil dólares como mínimo.
Jordan dijo querer dedicarse a Fortnite de manera profesional y así ganar el dinero suficiente para no tener que trabajar.