El Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón, en Cantabria, conocido por sus majestuosos árboles de secuoya, se enfrenta a un problema inusual: los abrazos excesivos de miles de visitantes que acuden al lugar cada semana en busca de una experiencia antiestrés.
La creciente popularidad de esta tendencia ha llevado al Ayuntamiento de Cabezón de la Sal a tomar medidas para proteger los preciados árboles, que están mostrando signos de desgaste y degradación debido a la interacción constante con los visitantes.
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El alcalde de Cabezón de la Sal, Óscar López, expresó su preocupación por el deterioro de los árboles causado por los abrazos frecuentes de los visitantes:
"Se están debilitando los árboles porque la gente que viene se abraza a los árboles, se degrada la corteza, incluso alguno se lleva trozos de corteza de recuerdo".
Además, la erosión causada por la presión de las pisadas en las raíces ha dejado muchas de ellas expuestas.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, en colaboración con la Consejería de Turismo y la de Desarrollo Rural, está evaluando diversas medidas para abordar el problema de la masificación de visitantes.
Actualmente, no existe una prohibición explícita de tocar los árboles, pero se recomienda encarecidamente a los visitantes que no lo hagan, el alcalde López enfatizó que, sin una supervisión adecuada, una prohibición no garantiza que los abrazos de árboles se detengan por completo.
Autoridades piensan poner rejas para proteger a los árboles de los abrazos
Ante el daño que han sufrido los árboles las autoridades han pensado en la instalación de pasarelas para proteger las raíces y evitar el pisoteo directo, así como la regulación de los accesos al monumento.
"A lo mejor visitas guiadas, con reserva, para visitar de manera controlada", sugiere López, quien también menciona la posibilidad de establecer un ticket de entrada para financiar la vigilancia tanto diurna como nocturna.
Sin embargo, expuso que estas medidas no están destinadas a obtener beneficios económicos, sino a proteger el parque.
El Monte Cabezón es un lugar turístico por la maravilla de la naturaleza
Las secuoyas del Monte Cabezón, que no son autóctonas de Cantabria y fueron plantadas en 1940 con fines madereros, han alcanzado alturas impresionantes de hasta 50 metros, convirtiéndose en un atractivo turístico.
Ocupando una extensión de 2,5 hectáreas, estas secuoyas fueron declaradas monumento natural en 2003 con el objetivo de preservar este lugar único y raro en Cantabria.
La comunidad local y las autoridades están comprometidas a encontrar soluciones que equilibren el turismo con la preservación de estos árboles únicos, asegurando que las futuras generaciones también puedan disfrutar de su belleza natural.
ERV