CIUDAD DE MÉXICO.- En el número 23 de la calle López, en el Barrio de San Juan en la Ciudad de México, quedan los escombros y algunos recuerdos de uno de los lugares más prestigiosos de la capital del país: el Casino Alemán, el lugar donde durante la Segunda Guerra Mundial ondearon banderas nazis.
El historiador explicó que fue gracias a estos alemanes que se electrificó la ciudad, pues se trataba principalmente de empresarios “y en el Porfiriato eran súper bien vistos”.
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Durante muchos años este lugar fue el epicentro de los alemanes que habían llegado a nuestro país, aquí se informaban sobre lo que sucedía en la guerra mientras se divertían en el lugar con boliche, billar, salón de baile y teatro.
El lugar también contaba con una biblioteca de más de 6 mil libros.
El 13 de mayo de 1942 un submarino nazi hundió un buque mexicano de petróleo, lo que causó indignación entre los mexicanos y muchos pobladores, al enterarse del ataque, se dirigieron al Casino Alemán a dañar el edificio.
Días después, el 28 de mayo, México se declaró en guerra en contra de las potencias del Eje (Italia, Alemania y Japón) y fue así que gracias a la Ley relativa a Propiedades y Negocios del Enemigo, el Casino Alemán se convirtió en una propiedad mexicana el 1 de junio.
De acuerdo con el historiador Aribert Reimann, el Partido Nacionalsocialista Alemán en la Ciudad de México llegó a contar con 150 miembros y ejercía gran influencia en la comunidad alemana.
Actualmente este edificio pertenece a la Confederación Nacional Campesina y es utilizado como albergue indígena y en particular la comunidad Triki lo utiliza como un punto de venta de sus artesanías.
Así que la próxima vez que pase por el número 23 de la calle López, deténgase un momento e imagine los secretos que guardaron esas paredes, las negociaciones que ahí se hicieron y las operaciones nazis que se planeaban para México.