ESPECIAL. - La naturaleza nunca deja de sorprendernos con maravillosos paisajes, extraordinarias plantas y llamativos animales; que forman parte de los diferentes países del mundo; uno de esos animales sorprendentes, que pareciera salido de una película de cine, son unas peculiares aves que guardan increíbles similitudes con los antiguos velociraptors.
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Se trata de los casuarios, aves que habitan en Nueva Guinea y que debido a su fascinante anatomía han llegado a ser consideradas por algunos como las aves “más peligrosas del mundo”.
Los casuarios pueden llegar a pesar entre 22 y hasta 70 kilos de peso, los especímenes más grandes, poseen largas y musculosas piernas equipadas con fuertes garras, de alrededor de 10 centímetros, en sus patas, así como un intimidante plumaje negro.
La fuerza de sus piernas permite a los casuarios correr a una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora y dar enormes saltos, lo que junto a la fuerza de sus garras le permite desgarrar la piel o quebrar las corazas naturales de sus presas, de manera similar a la forma en que atacaban los velociraptor.
Por si fuera poco, se ha documentado que, los casuarios también son excelentes nadadores.
Todas estas características complementan su incapacidad para volar, misma característica que comparten con otras aves como: avestruces y pingüinos.
Sin embargo, no hay razón para temer el ataque de un casuario ya que son aves solitarias y de naturaleza tímida, como describe la revista especializada National Geographic, las cuales sólo atacan si se sienten amenazadas.
Los casuarios sirven al ecosistema en el que viven a la dispersión de las semillas de los frutos que comen.
Además de frutas y verduras los Casuarios también se alimentan de hongos, caracoles, carroña y animales pequeños.
De acuerdo con Wikipedia, la hembra de casuarios “puede aparear con varios machos, armando una nidada con cada uno de ellos. Ponen sus huevos en un lecho de hojas en el suelo boscoso. Los pichones son cuidados por los padres durante nueve meses. El macho se hace cargo de la incubación unos cincuenta y dos días, pero ambos progenitores cuidan a las crías”.
Con información de National Geographic en Español.
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