Chingu Amiga, la famosa influencer coreana publicó un video a través de su cuenta oficial de YouTube en donde puso un pequeño puesto para vender churros afuera del Parque de Chapultepec, esto con el objetivo de ver cuánto dinero obtenía ya que en otras ocasiones ha vendido elotes, esto como parte de una sección en su canal en la que realiza oficios que tienen algunos mexicanos.
La coreana de 31 años de edad colocó una mesa pequeña con una charola llena de churros, invirtiendo en total 476 pesos: 150 en utelsilios, 58 en bolsas de papel y 210 en harina para churros, por lo que la gran pregunta de sus seguidores fue cuánto dinero logró reunir.
Con base en su testimonio, ella estuvo en el lugar aproximadamente una hora y media, tiempo en el que logró reunir la cantidad de más de cuatrocientos pesos. En esta ocasión la influencer y tiktoker recibió apoyo por parte de su novio mexicano y de sus amigos ya que a ella el aceite con el que los estaba preparando la asustó mucho.
¿Cuánto costaban los churros de Chingu Amiga?
Otros vendedores ambulantes que se encontraban en el lugar le aconsejaron que elevara más el precio de su producto además de darle algunos tips para que atrajera a los clientes.
Los vendedores le recomendaron que diera cuatro churros por la cantidad de veinte pesos, sin embargo, ella optó por bajar el precio a cuatro churros por solo 15 pesos, aunque aun así hubo clientes que le regatearon.
Chingu terminó de vender rápidamente, ya que algunas personas que caminaban por el lugar la reconocieron y se tomaron fotos con ella además de comprarle churros.
Chingu Amiga habla sobre su fama en México: “Para la sociedad coreana soy una fracasada”
La youtuber estuvo en el programa de entrevistas de Yordi Rosado en donde habló sobre su camino en la plataforma de videos y las redes sociales, donde ha sido todo un fenómeno.
La coreana reconoció que, de acuerdo con las costumbres de su sociedad, las decisiones que ella tomó rumbo a esta ocupación no eran dignas de aplaudir.
“Para la sociedad coreana soy una fracasada, porque no entré a una compañía buena, tengo treinta años y no me he casado, todos mis amigos cuando volvía decían probrecita”, contó.