Te has preguntado ¿por qué me gusta tanto el chisme?, o ¿por qué a otros les apasiona el chisme?, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lo explica, y tranquilo, no es que seas chismoso, es que es parte de nuestra condición humana.
Sin embargo, el chisme puede ser perjudicial al difundir información falsa sobre una persona o grupo determinado, por lo que la UNAM, advierte que se debe ser cuidadoso al momento de difundir este tipo de chismes.
Por otro lado, chismear puede hacer que tengas relaciones sociales más fuertes, debido a que este tipo de pláticas suelen producir ciertos neurotransmisores, que hacen que las personas se sientan mejor, e incluso se logra que se olviden de problemas que los aquejan.
¿Qué es el chisme?
De acuerdo con la UNAM, chismear es comentar algo sobre una persona que no está presente, puede ser verdadero o falso.
En una definición más completa, un chisme es información que se comparte con la intención de difamar o dañar la reputación de alguien. Aunque esto suena negativo, la práctica del chisme ha desarrollado dos variantes, a lo largo del tiempo: funcionalista e interaccionista.
- Funcionalista: En este caso, divulgar el chisme busca obtener algún beneficio, ya sea personal o social.
- Interaccionista: Aquí, el chisme se utiliza para interactuar socialmente en un grupo pequeño, y su impacto suele ser limitado, además de que no precisamente se busca perjudicar a alguien.
Por esto algunos tipos de chisme, pueden servir para relacionarnos de una manera más sencilla en diferentes ámbitos sociales, claro, sin abusar de esta práctica.
¿Cuáles son los beneficios que tiene el chisme?
Según la universidad, escuchar chismes estimula nuestro cerebro al hacernos crear e imaginar historias, esto genera algunas sustancias que nos ayudan a combatir el estrés.
Por otro lado, se considera que como los chismes implica compartir información “prohibida" de alguien, escucharlos se asemeja a un proceso de goce, relajación y placer, que es similar a romper las reglas, aunque sea de manera indirecta.
Estudios sugieren que ser chismoso fortalece las relaciones sociales, aunque te aconsejamos ser cuidadoso y no perjudicar a nadie.
Esto libera neurotransmisores de placer como la dopamina, la betaendorfina y el cortisol, sustancias que reducen el dolor y crean una sensación de bienestar.
¿Qué tipo de sustancias se liberan al hablar de chismes?
Cómo ya lo explicamos antes, al hablar de chismes se registra la liberación de neurotransmisores de placer, como la dopamina, la betaendorfina y el cortisol.
Estas sustancias químicas ayudan a calmar nuestro estrés y nos hacen sentir bien. Estas sustancias son neurotransmisores que el cerebro produce en respuesta al estrés o al ejercicio. Actúan como analgésicos naturales, reduciendo el dolor y creando una sensación de bienestar y euforia.
Así que la próxima vez que alguien te juzgue por ser chismoso, no olvides comentarle que a todos en mayor o menor medida nos gusta el chisme, de ahí que existan tantos canales sobre chismes de estrellas y espectáculos.
ERV