Al baile se llevó, la calaca a los políticos de Nuevo León....
Samuel García
La calaca lo encontró,
él posaba pa’ la foto,
a Samuel ya se llevó
sin causar gran alboroto.
Ni los pleitos con "El Bronco"
ni acabar con la sequía,
lo salvaron ya del coco,
ni marcharse con la fría.
Del camposanto ya manda,
ya decide por quién van,
el emecista demanda
un Manuel o un Adán.
Esperando los camiones
ya ni el Cuchillo acabó,
le ganaron las tensiones,
las manitas ya dobló.
Ni con miel ni con hiel
atrapará a más delincuentes,
así se acabó Samuel,
no hay carpetas contundentes.
Luis Donaldo Colosio
Luis Donaldo se quedó
esperando ir por la grande,
un infartó le frustró
sin hacerle tanto alarde.
Como alcalde se marchó,
no llegó a gubernatura,
la calaca le cobró
ser danzante y su finura.
Suena el baile colombiano,
ya se prepara el alcalde,
pa’ bailar con el Alfaro,
que el ensayo no sea en balde.
Pa’l camposanto agarró,
no halló que un emecista siguiera,
pues Movilidad le falló
e incumplió con su bandera.
Sin subirle ni al predial,
nos dejó caminos planos,
pero todavía hay caos vial
y le lloran sus ciudadanos.
Gerardo Palacios Pámanes
Como nunca se acobardó
por Palacios Pámanes la muerte vino,
y en una patrulla lo montó
sin importarle su destino.
Pobre Gerardo no era tu tiempo,
ya traías en jaque a los violentos,
agarrabas de uno en uno y sin contratiempo,
eras el mejor "sheriff" que tenían los regimientos.
Los ciudadanos te rogamos,
ha agarrado y confiscado.
“Regrésalo, lo necesitamos,
que su labor no ha acabado”.
Ándale, muerte, no seas malita,
sé que tú también allá lo necesitas,
y que este hombre tiene buena pinta
para que ponga orden entre tus lacritas.
Miguel Treviño
La muerte llegó entonada
y sorprendió a Miguel Treviño,
que buscaba gran tajada
y ella lo vio con cariño.
El predial quería subir
y pegarle al buen vecino,
lo acusaron de ruñir
y de ser un vil cansino.
Calaquita linda y fiel,
le imploraba el sampetrino,
“que me alejes a Miguel,
que me cambies de padrino”.
Ya se va la muerte flaca,
a Miguel ha levantado,
pa’l panteón va la alharaca
por los cobros del pasado.
Mariana Rodríguez
Por ser la más delgada
con la muerte competía,
no creían que embarazada
solo Tostitos y elotes comía.
De "baby" en "baby" pasaba
y su antojo se cumplía;
no creían se destapaba
y que al Senado llegaría.
Sin Amar a Nuevo León,
se acabó lo fosfo fosfo,
ya avanzaba pa’l panteón,
la siguió Samuel por mosco.
Ya Capullos triste está,
ya Mariana lo ha dejado,
con Mariel se fue pa’ allá
no alcanzó a ver lo ganado.
Fiscal
Llegó la huesuda por el fiscal
en un lapso muy grillero,
“ah caray, algo anda mal,
no está Gustavo Guerrero”.
Alguien le dijo a la flaca
que hay una convocatoria,
para de fiscal tener su placa
vaya giros da la historia.
Andan revisando documentos,
ya están buscando campeón,
pa’ que no le inventen cuentos
y que no les falle la elección.
Ya se aburrió la Catrina
de pedir quién le coopere,
de tanta burocracia ladina
nomás un buen fiscal quiere.
La ventanilla está repleta
de abogados que respetan
y aunque tiren pataleta
a puro amparo se recetan.
Alma Rosa Marroquín
Alma Rosa nunca demorada,
atenta y siempre dispuesta,
vencía virus de la temporada,
que hicieran caso era su apuesta.
La huesuda dijo: ya te llevo,
en el panteón celebran tu llegada,
y recordó que a cada virus nuevo
se le ganó sin miedo a nada.
Alma heredó el trabajo logrado,
el covid bajó con la vacuna,
y la viruela no se ha desatado,
así terminó sin pandemia alguna.
Marroquín se fue al panteón
esperando ir a descansar,
pero le llegaron al corazón
cuando a la Catrina tuvo que inyectar.
Congreso
Caminando entre diputados
pasó la muerte al Congreso,
era la Catrina, ¡abusados!,
llevándose a los del hueso.
Avanzando hasta las bancadas,
primero llegó a Morena,
a uno agarró a nalgadas
y ahí comenzó la escena.
Son poquitos reclamaba
la huesuda a los quejosos,
si no’más a dos pescaba
los quería por encajosos.
Después fue por los del PRI,
con rollo la querían dormir
y mucho tiempo perdió ahí:
“Lo siento es su tiempo de partir”.
Le siguió con los del PAN,
que pusieron resistencia
no querían les reclamaran,
al ponerle una sentencia.
Los naranjas festejaron
que la muerte los pasó,
pues de tanto que brincaron
al más chapulín atoró.
Le faltó la independiente,
los colores confundió,
se creía la muy valiente,
la huesuda la cargó.
Jaime Rodríguez "El Bronco"
Una de esas tardes en el penal,
preocupada andaba la calaca,
creyó que su vista andaba mal,
esperaba ver a Jaime en Apodaca.
Un custodio se acercó a la muerte
y le explicó lo que pasaba:
“Amiga, no traes suerte,
ya descansa en su morada”.
La Catrina llegó a García
para llevar a Jaime al camposanto,
cuando Heliodoro la vio ese día,
dijo: "Por qué, si ni me volé tanto".
La muerte se llevó a Rodríguez
y pidió los nombres de su escuadrón:
“Ahora me los escribes,
que ya sé son un montón”.
rcm