El dolor de rodilla puede llegar a limitar el movimiento de muchas personas. Aunque es habitual relacionar este padecimiento al desgaste de esta articulación por la edad y el envejecimiento, es cierto que puede presentarse antes de los 50 años y la respuesta esta en el estrés generado por distintos hábitos, entre ellos los laborales, aseguran especialistas.
De hecho, según datos del estudio EPISER, el 10 por ciento de la población mayor de 20 años tiene dolor de rodilla a causa del desgaste articular. Este porcentaje va aumentando según aumenta la edad, y también lo hace en quienes practican determinados deportes como el fútbol, el baloncesto o el tenis.
Efectivamente, los esfuerzos que van acumulando las rodillas conforme pasan los años pueden acabar perjudicándolas, pero el sedentarismo aunado al estrés de la vida diaria tiene un impacto en el cuerpo, particularmente en la salud articular.
Dolor de rodilla por estrés laboral
De acuerdo con el grupo de especialistas en articulaciones, GH, en una oficina cualquiera, una persona se enfrenta con cientos de correos electrónicos, mensajes de sus jefes y la solicitud de quedarse hasta tarde para terminar el trabajo. El estrés forma parte de la ecuación diaria, hasta que, de un día para otro, siente un dolor agudo en la rodilla.
Este relato retrata una situación muy común en la sociedad contemporánea: el estrés alimentado por las demandas diarias y la falta de tiempo para el autocuidado, puede debilitar el cuerpo, volviéndolo más propenso a las lesiones, particularmente a las articulares, que aunadas a la fatiga y al sedentarismo derivan de dolores crónicos que muchos mexicanos terminan normalizando y viviendo con ellos de por vida.
“La relación entre fatiga y sedentarismo es multifacética y tiene consecuencias significativas para la salud muscular, ósea y articular. La falta de actividad física regular también es resultado y producto de la fatiga crónica. Cuando una persona lleva un estilo de vida sedentario, los músculos y las articulaciones no se fortalecen adecuadamente, lo que puede provocar pérdida de masa muscular, disminución de la fuerza y propensión a lesiones musculares y articulares”, explica el Ricardo Galván Gómez, director médico de GH Especialistas, clínica especializada en cirugía articular y medicina del dolor.
Las articulaciones débiles tienen menos capacidad para soportar el esfuerzo físico y provocar lesiones o inflamación. Además, la falta de actividad puede contribuir al desarrollo de enfermedades musculoesqueléticas.
Las personas sedentarias, sometidas a altos niveles de estrés, son las más vulnerables a las lesiones articulares. Los llamados ‘deportistas de fin de semana’, aquellos que llevan una vida sedentaria de lunes a viernes y buscan compensarla con actividad física intensa en su tiempo libre son particularmente susceptibles.
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Recomendaciones para mantener rodillas sanas
Para tener unas articulaciones saludables y libres de dolor e inflamación, recomiendan:
- Fortalece los músculos alrededor de las articulaciones: Una rutina de ejercicios que incluya actividad para fortalecer los músculos, especialmente los que soportan las articulaciones, como los cuádriceps, los isquiotibiales y los músculos de la pantorrilla puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones.
- Mantén una buena postura y técnica de movimiento: Adoptar una postura adecuada al estar de pie, sentado y al realizar actividades físicas puede ayudar a distribuir de manera uniforme el peso corporal y reducir la tensión en las articulaciones.
- Escucha a tu cuerpo y descansa cuando sea necesario: La realización de actividad física de alta intensidad de forma continua sin dar tiempo suficiente para la recuperación puede aumentar el riesgo de lesiones articulares. Escucha al cuerpo y descansa cuando sientas fatiga o dolor y no ignores las señales de advertencia.
- Practica actividad física de bajo impacto: Elige actividades físicas que sean suaves para las articulaciones, así aumentarás tu flexibilidad y resistencia sin someterte a un esfuerzo excesivo.
KGA