Editoriales independientes: buscar la vitrina

Los editores independientes no ven a la FIL como una competencia, sino como una oportunidad de expresarse y conseguir lectores.

Editoriales independientes: buscar la vitrina
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Para las editoriales independientes, la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es mucho más que un lugar de venta para sus trabajos o un espacio que busca competir con grupos más grandes. Más bien simboliza una vitrina que permite conectarse directamente con los lectores, conocer a nuevos creadores y saber la forma de establecerse en el mundo de la literatura. Hay stands independientes en el sector nacional, pero la mayor parte se ubica en el Área Internacional, en la zona dedicada a la historieta y el cómic. Ahí está Javier Gutiérrez, de 656 Cómic, quien además presenta su novela gráfica Tres Castillos, que relata la historia del conflicto entre el indio Victorio y el coronel Joaquín Terrazas.

“Estoy muy contento porque tenía las inquietudes de si iba a ser bien recibido mi trabajo. Hay gente que en cuanto lo ve, le digo de qué trata, les gusta y se lo llevan, y eso me da gusto. Se ha vuelto una punta de lanza en cuanto a cómic independiente. Además de la venta, para nosotros se trata de sacar nuestro trabajo de la zona geográfica y de la zona de confort. Es estar mostrándonos y estar alimentándonos y retroalimentándonos de lo que se está haciendo en otras partes”.

El trabajo de Gutiérrez tiene un costo en la FIL de cien pesos y comparte stand con otra editorial de origen nacional. Una situación que ocurre con varios creadores independientes que han decidido aprovechar los espacios para convivir e intercambiar experiencia. Pável Ortega, de Danka Komiks, considera que, “como en mi caso dibujo, escribo y edito mis propios libros, pues estás como sorteando varias partes de donde estás sacando el dinero y en ese caso ganas un poquito más de la rebanada del pastel”.

Agregó que “tienes un contacto más directo con el público. Uno tiene que inventarse y reinventar un poco el oficio de absolutamente todo. El campo de la autoedición es una puerta abierta que nos están ofreciendo los nuevos tiempos respecto a la difusión en las redes sociales, de una manera un poco más directa y más íntima con el lector”.

Por el Área Internacional está Carolina Rey, de Rey Naranjo, una editorial independiente de Colombia, que decidió colocar su propio stand. Para ella, en la FIL “existe un interés por lo extranjero que no es tan fácil de encontrar en México y eso es un plus para que la gente venga y busque lo que hacemos. Pero lo que pueden hacer es encontrarnos cada año porque dejamos muy poco y es importante lograr llegar al público general para que conozca el sello".

Por eso es que “la FIL es una vitrina para mostrar nuestros libros no solo aquí en México. No es solo la venta, aunque nos sirve mucho para toda la inversión que podemos hacer, sino por las relaciones que se hacen en la Feria, en el área del trabajo con los profesionales”.

Ortega comenta que este evento literario internacional no es una competencia. “Creo que si lo viéramos así sería completamente desigual. Es como ponerse a competir a nadar con un delfín. Simplemente es sobrevivir, realmente no da para más… Lo que sí puedes es expresarte, puedes conseguir un público lector y a partir de ahí chance estos delfines o vacas sagradas o lo que sea empiezan a observar el trabajo de uno y entrar a ese circuito”.

Carla Baredes también vino con su editorial Iamiqué desde Argentina. Se especializan en textos de ciencia que son presentados de una forma cercana para lectores de todas las edades. “Tenemos libros que requieren que quien los vaya a leer o que los vaya a elegir para comprarlos en realidad les dedique unos segundos para mirar de qué se tratan”.

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