MÉXICO.- Un día me enteré que Frida, nuestra perra rescatista, no había salvado a nadie desde el terremoto de Haití en 2010. No, no salvó a nadie en los sismos de hace un año en Oaxaca y Ciudad de México. Pero aún así es una heroína que en nueve años de trayectoria nacional e internacional ha recuperado 41 cuerpos y 12 personas con vida.
TE RECOMENDAMOS: La Ciudad de México es ahora una entidad federativa más
Frida nació el día que la tierra nos cimbró con los sismos de septiembre de 2017, pero para entonces ya tenía ocho años de edad y una decena de personas vivas rescatadas gracias a su olfato y entrenamiento en la Centro de Reproducción y Adiestramiento Canino.
La labrador nació el 29 de abril de 2009, pero el mito, el símbolo, la heroína famosa, nació el 19 de septiembre del año pasado. Fue entonces que la gente se apropió de ella y la volvió un emblema de la esperanza y del trabajo de todos —rescatistas o voluntarios— para salvar a las personas de entre los escombros.
Hubo quien se tatuó la cara bonachona de Frida con sus googles de rescate; alguien más la propuso como imagen para los billetes de 500 pesos, quien comenzó a fabricar piñatas con la imagen de la perrita y otros con ilustraciones de la rescatista con una ondeante capa roja como la de supercan.
En la memoria del tercer maestre de infantería, Israel Arauz, queda la imagen del primer rescate que hizo con Frida. Estaban en Ecuador y la perra insistía en una estructura riesgosa para ingresar, y al remover los escombros encontraron los cuerpos de una pareja: murieron abrazados y en medio de los dos estaba su bebé.
“Lamentablemente con Frida no me ha tocado ningún rescate de una persona viva”, cuenta Arauz, mientras la perra restriega su cara contra su pierna en búsqueda de caricias, y es que Frida es una perra querendona a la que le gusta que la consientan todo el tiempo.
Aunque los perros rescatistas se jubilan después de ocho o nueve años de servicio, Frida sigue en activo. José García Arellano, veterinario encargado de la Unidad Canina de la Marina, vigila su rendimiento y estado de salud.
“Todavía tiene habilidades, niveles de concentración adecuados, se desplaza muy bien”, diagnostica.
La veterana sigue entrenando, pero los perros jóvenes de la Unidad Canina ya están listos para salir al rescate en caso de algún desastre.
García Arellano detalla que tienen 60 perros en entrenamiento en las diferentes funciones o técnicas: la fase de socialización, la de pruebas generales de temperamento, la de estímulos visuales y búsquedas.
Galileo y Grinch, dos cahorritos de tres meses de edad, están en la primera fase de entrenamiento: la socialización para crear apego con los manejadores. Después se comienza a preparar el olfato de los perros para que sean capaces de detectar narcóticos, explosivos o personas.
Torrado es otro de los pastor belga malinoa, él ya está entrenando para localizar a víctimas en caso de desastre. Cuando localiza a alguien ladra para indicar un posible hallazgo.
Fusca es de las rescatistas que ya están listas para una operación de salvamento, pero no le ha tocado salir a una situación real. La pastor belga es la que describen como “perra voladora”, porque tiene la capacidad de subirse a una tirolesa junto con su entrenador y aterrizar donde sea necesario para buscar víctimas. Ella “vuela” segura con unos googles oscuros que la hacen ver interesante.
Frodo, Fusca, Emol, Rocky y Figo seguirán su entrenamiento, mientras que Frida cumple sus últimos tiempos como rescatista.
“Una vez que el alto mando tome la decisión de jubilarla, puede ser dada en adopción; yo sería uno de los primeros en levantar la mano”, dice entre risas nerviosas Israel Arauz, el entrenador de Frida.
No sabemos cuándo acabarán los días de rescatista de Frida, pero puede estar tranquila porque cuando llegue el momento no solo su entrenador, sino todo México estará dispuesta a adoptarla.
IH
Un día me enteré que Frida, nuestra perra rescatista, no había salvado a nadie desde el terremoto de Haití en 2010. No, no salvó a nadie en los sismos de hace un año en Oaxaca y Ciudad de México. Pero aún así es una heroína que en nueve años de trayectoria nacional e internacional ha recuperado 41 cuerpos y 12 personas con vida.
Frida nació el día que la tierra nos cimbró con los sismos de septiembre de 2017, pero para entonces ya tenía ocho años de edad y una decena de personas vivas rescatadas gracias a su olfato y entrenamiento en la Centro de Reproducción y Adiestramiento Canino.
La labrador nació el 29 de abril de 2009, pero el mito, el símbolo, la heroína famosa, nació el 19 de septiembre del año pasado. Fue entonces que la gente se apropió de ella y la volvió un emblema de la esperanza y del trabajo de todos —rescatistas o voluntarios— para salvar a las personas de entre los escombros. Hubo quien se tatuó la cara bonachona de Frida con sus googles de rescate; alguien más la propuso como imagen para los billetes de 500 pesos, quien comenzó a fabricar piñatas con la imagen de la perrita y otros con ilustraciones de la rescatista con una ondeante capa roja como la de supercan.
En la memoria del tercer maestre de infantería, Israel Arauz, queda la imagen del primer rescate que hizo con Frida. Estaban en Ecuador y la perra insistía en una estructura riesgosa para ingresar, y al remover los escombros encontraron los cuerpos de una pareja: murieron abrazados y en medio de los dos estaba su bebé.
“Lamentablemente con Frida no me ha tocado ningún rescate de una persona viva”, cuenta Arauz, mientras la perra restriega su cara contra su pierna en búsqueda de caricias, y es que Frida es una perra querendona a la que le gusta que la consientan todo el tiempo.
Aunque los perros rescatistas se jubilan después de ocho o nueve años de servicio, Frida sigue en activo. José García Arellano, veterinario encargado de la Unidad Canina de la Marina, vigila su rendimiento y estado de salud.
“Todavía tiene habilidades, niveles de concentración adecuados, se desplaza muy bien”, diagnostica.
La veterana sigue entrenando, pero los perros jóvenes de la Unidad Canina ya están listos para salir al rescate en caso de algún desastre.
García Arellano detalla que tienen 60 perros en entrenamiento en las diferentes funciones o técnicas: la fase de socialización, la de pruebas generales de temperamento, la de estímulos visuales y búsquedas.
Galileo y Grinch, dos cahorritos de tres meses de edad, están en la primera fase de entrenamiento: la socialización para crear apego con los manejadores. Después se comienza a preparar el olfato de los perros para que sean capaces de detectar narcóticos, explosivos o personas.
Torrado es otro de los pastor belga malinoa, él ya está entrenando para localizar a víctimas en caso de desastre. Cuando localiza a alguien ladra para indicar un posible hallazgo.
Fusca es de las rescatistas que ya están listas para una operación de salvamento, pero no le ha tocado salir a una situación real. La pastor belga es la que describen como “perra voladora”, porque tiene la capacidad de subirse a una tirolesa junto con su entrenador y aterrizar donde sea necesario para buscar víctimas. Ella “vuela” segura con unos googles oscuros que la hacen ver interesante.
Frodo, Fusca, Emol, Rocky y Figo seguirán su entrenamiento, mientras que Frida cumple sus últimos tiempos como rescatista.
“Una vez que el alto mando tome la decisión de jubilarla, puede ser dada en adopción; yo sería uno de los primeros en levantar la mano”, dice entre risas nerviosas Israel Arauz, el entrenador de Frida.
No sabemos cuándo acabarán los días de rescatista de Frida, pero puede estar tranquila porque cuando llegue el momento no solo su entrenador, sino todo México estará dispuesta a adoptarla.