Un joven de 31 años de edad, originario de Texas, EU, decidió tatuarse la pierna derecha. Sin embargo, esta decisión se convirtió en una pesadilla cuando no escuchó las indicaciones del tatuador y se metió a nadar antes del tiempo establecido.
El joven se metió a nadar a las aguas del Golfo de México, a tan solo unos días de haberse realizado el tatuaje, por lo que contrajo una peligrosa infección que casi le cuesta la vida.
Fiebre y fuertes dolores en la pierna alrededor del área del tatuaje fue lo que experimentó el joven. Inmediatamente fue trasladado al hospital, donde el diagnóstico médico fue que pescó la bacteria Vibrio vulnificus, un microorganismo que habita en el ambiente marino y es tolerante a la sal marina.
Dicha infección se complicó con la cirrosis que padecía, producto de su afición a beber seis botellas de cerveza diarias, misma que debilitó su sistema inmunológico.
Los médicos decidieron que le amputarían la pierna debido a que la infección desarrolló una gangrena, pero no lo hicieron porque el problema de cirrosis también era grave.
Desafortunadamente el hombre no logró salvar su vida y murió a causa de un shock séptico, luego de dos meses de estar internado.