En San Felipe, Guanajuato se ubica el ‘Museo Histórico Casa Hidalgo’, conocido por muchos como ‘La Francia Chiquita’; este inmueble fue morada del Miguel Hidalgo y Costilla luego de que fuera enviado a la parroquia de la Villa.
Fue el 24 de enero de 1793 que Miguel Hidalgo llegó a San Felipe, en Guanajuato, por lo que compró una casa en la calle principal de la Alcantarilla, la cual se encontraba a poca distancia del templo. Así, esta amplia casa fue habitada por el cura Hidalgo y su familia, convirtiéndose el inmueble en punto de reunión de tertulias.
Pero, de donde nació el nombre de ‘La Francia Chiquita’... al arribo del cura Hidalgo, quien era conocido por ser dinámico y festivo, instaló pequeños talleres y huertos donde enseñaba la alfarería, curtiduría y forja, así como el cultivo de la vid de la uva para la elaboración del vino, y de la morera para la crianza del gusano de seda, todo esto sin hacer distinción de españoles ni indios.
En esta misma se realizaban veladas músicoliterarias en las que se reunían vecinos para bailar y jugar; entre los asistentes se abordaban también temas de artes, ciencias e industrias, leyendo además periódicos y obras - principalmente de autores franceses-; entre otras cosas, comentaban los asuntos políticos del virreinato.
Las representaciones de obras teatrales de dramaturgos franceses como Moliere y Racine, eran también de las actividades favoritas en estas tertulias; de esta manera, entre todo lo que ocurría en la casa, en las que no se hacía más ni menos a nadie, acabó por ser conocida como “La Francia Chiquita”.
Historia
El cura se encontraba atendiendo una parroquia en Colima, misma que pertenecía al curato de Michoacán, cuando el obispo fray Antonio de San Miguel le ordenó trasladarse a San Felipe con el fin de encargarse del curato de la parroquia, esto debido a que era la única parroquia que no se encontraba bajo el poder de los franciscanos, y conociendo su carácter y talento, fue nombrado cura propio, vicario y juez eclesiástico de San Felipe.
La estancia del cura en esta casa se extendió de 1793 a 1803, tras lo cual el inmueble continuó siendo habitación, a excepción de algún periodo de 1928 en que se estableció una escuela de artes y oficios.
Fue en 1957 cuando por decreto presidencial de don Adolfo Ruiz Cortines, se expropió una parte de la casa de Hidalgo por considerar su conservación de utilidad pública y se le declaró Monumento Histórico Nacional.
En 1959 fue entregada en custodia a la Dirección de Monumentos Coloniales del Instituto Nacional de Antropología e Historia para su reconstrucción, debido a que se encontraba en muy malas condiciones, y así en 1963 se inició la restauración para ser acondicionada como museo.