Sin duda la película Siempre a tu lado, protagonizada por Richard Gere, en la que encarna a un profesor que muere y su perro lo espera por años en la estación del tren donde lo dejó por última vez, a más de uno nos hizo derramar una lágrima. Pero sabías que esta historia está inspirada en un hecho real. A continuación, te contamos todo obre la historia de Hachiko.
Hachiko fue encontrado por su dueño, quien era un agrónomo que impartía clases en la Universidad de Tokio, en 1924 cuando apenas era un cachorro. En un principio dudo en quedarse con él, pero después comenzó a encariñarse con el can y decidió quedárselo.
Su amo lo llamó Hachi en referencia al término nipón que designa al ocho debido a que el can sufría una desviación en las patas delanteras.
El amor entre Hachi y su dueño Ueno fue creciendo al grado de que el can lo acompañaba todas las mañanas a la estación del tren Shibuya, donde se le podía ver esperar a su amo a la vuelta del trabajo.
Poco a poco el perrito comenzó a ganarse la simpatía de los dueños de los comercios instalados en los alrededores de la estación, quienes veían con ternura la fidelidad del can hacia su amo.
Lamentablemente el 21 de mayo de 1925 el profesor murió víctima de una hemorragia cerebral. A partir de ese día Hachiko acudía todos los días a la estación del tren con la esperanza de Ueno llegaría en cualquier momento.
Tanto los vendedores como los viajeros que llegaban a la estación al darse cuenta de que Hachi se la pasaba fielmente esperando el retorno de su amo que nunca sucedería, comenzaron a darle de comer y a cuidarlo. Las personas comenzaron a identificar al lomito como “el perro fiel”.
En abril de 1934 se inauguró una estatua en honor a Hachiko, evento al que el propio can asistió. En ese momento el perrito ya era considerado toda una estrella en la localidad, pues incluso a la ceremonia de inauguración acudieron altos dignatarios, además de Kishi Kazutoshi, autor de un libro sobre su historia, y Sakano Hisako, sobrina del profesor Ueno.
El lado oscuro detrás de la historia de Hachiko
El interés y auge por el perrito tenía un trasfondo un tanto oscuro, ya que la fidelidad del can fue utilizada a favor de una ideología próxima al fascismo. La lealtad al can se comparó con la doctrina del bushido, por la que se establecía un fuerte vínculo entre el guerrero samurái y el señor al que servía. Hachiko, desde esta óptica, simbolizaba la obediencia del pueblo japonés a su emperador.
Además, como relata el historiador Aaron Skabelund en Empire of Dogs: Canines, Japan and the Making of the Modern Imperial World (2011), los comerciantes se aprovecharon que justo ese año se celebrara en el zodiaco japonés ‘el año del perro’, por lo que se lanzaron todo tipo de objetos alusivos al can como baterías de cocina o libros a quimonos, muñecos y postales.
El triste fin de Hachiko tras esperar 10 años a su dueño
Hachiko murió un 8 de marzo de 1935 en la estación de tren donde esperó fielmente a su dueño por 10 años.
El cuerpo disecado del can terminó en el Museo de Ciencias Naturales de Tokio.
Algunos años después durante la Segunda Guerra Mundial obligaron a fundir la estatua que habían erigido en su honor para la fabricación de armas. En 1947 se levantó una nueva estatua en honor a Hachiko, la cual en la actualidad se puede visitar.
La historia del Hachiko mexicano
Historias como la de Hachi existen muchas alrededor del mundo y en nuestro país no la excepción.
A través de redes sociales se viralizó en 2022 la historia de un perrito que esperaba todos los días a las afueras de la estación de La Raza de la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México, a que su dueña pasara por él, así es, al mero estilo del canino Hachiko.
"Los vecinos cuentan que este perrito todos los días esperaba a su dueña, un día ella ya no regreso a causa de una enfermedad que cegó su vida y el perrito día y noche aún espera que su dueña aparezca por las escaleras de la estación para recibirla con ese amor incondicional”, relató Crónicas Chilangas, quien hizo un llamado a la gente para que demuestre su amor a los perros.
PGG