Francia. Hélène Wuillemin, nació el 6 de marzo de 1920, tiene 100 años de edad, vive en Laxou, una población ubicada al noreste de Francia y no está enferma pero quiere morir.
El lunes inició una huelga de hambre, solo bebe agua, té e ingiere sus medicamentos para el dolor porque quiere poner fin a los dolores de la vejez y aclaró que si da su testimonio no es para hacerse una estrella sino para ayudar a las personas que quieren morir, como ella.
"Sufro cada día más y ya no es tolerable (...) Solo hay una solución, y es la eutanasia".
En Francia, la eutanasia y el suicidio asistidos están prohibidos, así que algunos franceses intentan ir a Suiza o Bélgica, incluso ella viajó a Suiza y a Bélgica, pero no logró que se la aplicaran a pesar de que, considera, ella tiene todos los criterios, platicó a la AFP.
Hélène es mamá de tres hijos, los crió sola aunque se casó con un agricultor quien murió "hace mucho tiempo", dijo.
Fue profesora, mamá soltera y por sus condiciones, se convirtió en una mujer bastante autoritaria, reconoció.
La mujer de 100 años de edad, sufre de dolores en las piernas, las rodillas y las caderas; no escucha bien a sus interlocutores en el teléfono y su vista disminuye. Pasa las noches desde hace varios años en un sillón reclinable. Con trabajo, se mueve con un andador, con la espalda curvada y no ha salido de casa desde hace varios meses.
INFORMACIÓN: AFP Y AGENCIAS.