Al paso de los años la crisis climática se vuelve evidente en todo el planeta con efectos de la climatología extrema que se extienden de manera rápida e intensa. El más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) elaborado por expertos reunidos por la ONU observa que muchas de las alteraciones en el sistema climático no tienen precedentes en cientos o, incluso, miles de años, y algunas de las modificaciones serán irreversibles durante miles de años.
La única solución viable sería una reducción considerable y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero; pero a pesar de sus efectos positivos la estabilización de temperaturas y el sistema climático podría tardar de 20 a 30 años. El informe fue aprobado el 6 de julio tras dos semanas de debate, y es el primero de los tres trabajos que compondrán el Sexto Informe de Evaluación del IPCC, que se completará a lo largo del 2022.
El documento evidencia la crisis climática originada por los gases invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles. Han elevado las temperaturas en la superficie de la Tierra en 1,07 º C (en el período 2010-2019 respecto a 1850-1900); los glaciares están en retroceso desde los años 90 del siglo pasado. Por otra parte la subida del nivel del mar ya alcanza los 3,7 milímetros al año entre el 2006 y el 2018; y las franjas climáticas se desplazan hacia los polos en ambos hemisferios y la primavera se alarga más de dos días por década desde los años 50 del siglo pasado en las zonas del hemisferio norte no tropicales.
El informe evalúa también los impactos causados por olas de calor, sequías o el clima propicio al fuego y las inundaciones en 45 regiones habitadas en todo el globo. En 41 de ellas se ha observado incrementos de episodios de calor extremo, mientras que en 19 aumentan los sucesos con fuertes precipitaciones y en 12 se aprecian cambios en las sequías agrícolas y ecológicas.
Uno de los objetivos más ambiciosos del acuerdo de París es evitar el aumento de temperaturas de 1,5 ºC respecto al período 1850-1900. Ya que muchos cambios en el sistema climático se amplificaron por el calentamiento, que es mayor en la superficie de la tierra que el promedio mundial y es más del doble en el Ártico. Si las cifras se mantienen en aumento, los expertos dicen que es probable que el océano Ártico quede prácticamente libre de hielo antes del 2050.
Algunos de los daños irreversibles para los próximos cientos o millones de años se darán en las capas de hielo, los océanos o en el nivel del mar. También se prevé que continúe la liberación del carbono almacenado en los suelos helados a medida que se deshielen. Otra de las consecuencias es que las áreas costeras verán un aumento continuo del nivel del mar durante el siglo XXI, esto provocará más inundaciones en zonas bajas y erosión en el litoral. Para el 2100 el ascenso del nivel del mar se situaría en un rango de 0,44 y 0,76 metros en un escenario de emisiones intermedias, pero puede llegar a estar entre 0,63 y 1,01 metros en el peor de los escenarios.
Al aumentar la temperatura habrá más olas de calor y las precipitaciones e inundaciones se intensificarán y serán más frecuentes en la mayor parte de regiones, especialmente en África, Asia y Norteamérica. Al igual, diversas regiones en África, Sudamérica y Europa tendrán un incremento en la frecuencia y severidad de las sequías ecológicas y agrícolas.
El informe alerta efectos climáticos con poca probabilidad pero factibles como el colapso de la capa de hielo, la alteración de la circulación oceánica.
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