El viaje al espacio de Laika, la perrita astronauta, a bordo del Sputnik 2

La misión de la 'lomita' está inscrita en las páginas de la historia de los viajes espaciales que ayudaron a desarrollar el programa soviético.

El 3 de noviembre de 1957 la Unión Soviética lanzó el Sputnik 2 con Laika a bordo / Diseño Mauricio Ledesma
Especial /

Hablar sobre viajes al espacio en estos tiempos probablemente sea dado por sentado, pero para lograrlo tuvieron que pasar varios ejercicios de prueba y error que iniciaron a mediados del siglo XX. 

Durante este tiempo, en un intento por liderar la carrera espacial, la Unión Soviética ideó enviar a una especie animal para realizar las primeras pruebas; ese primer tripulante resultó ser una perra callejera a quien nombraron Laika.

Este 3 de noviembre se cumplieron 65 años del viaje al espacio de Laika, proeza que la convirtió en la primera criatura viviente en orbitar la Tierra, acá te contamos la fascinante historia de este ‘lomito’.

El viaje de Laika, la perrita astronauta a bordo del Sputnik 2

Era el año de 1957 cuando el programa espacial de la Unión Soviética se propuso tomar la delantera en la intención de ser la primera nación en conquistar el espacio, lo que llevó a una carrera espacial contra Estados Unidos que duró de 1955 a 1975.

Después de que los rusos lograron exitosamente poner en órbita el satélite Sputnik el 1 en octubre de 1957, el equipo inmediatamente se puso a trabajar para realizar un segundo viaje, esta vez se trataría del Sputnik 2, la cual fue la segunda nave espacial lanzada a la órbita terrestre y la primera nave espacial biológica de este tipo, tripulada por Laika.

Modelo de la cápsula del Sputnik 2 donde viajó Laika / Getty Images

Reclutada en las calles, el ejemplar canino que era una mezcla de raza terrier con samoyedo, quien originalmente se llamaba Kurdryavka, recibió adiestramiento y entrenamiento, práctica recurrente que realizó la Unión Soviética para contar con animales, particularmente perros, para realizar pruebas espaciales.

Laika era pequeña y sólo pesaba 6 kilos, lo que la hacía una excelente candidata para la misión. Por su tamaño, la perrita alcanzaba en la cabina presurizada que estaba acolchada y medía 4 metros de altura por 2 metros de diámetro en su base, lo que dejaba suficiente espacio para que se acostara o se pusiera de pie.

La nave también contaba con un sistema de regeneración de aire para proporcionar oxígeno, así como un dispensador de comida y agua en forma gelatinizada. Al momento del lanzamiento, Laika estaba asegurada a la cabina con un arnés, y le colocaron una bolsa para recoger los desechos y electrodos para controlar los signos vitales del animal.

¿Qué pasó con Laika?

Tras haber sido lanzada con éxito, la nave de Laika desechó el cono de la nariz del cohete e inició su órbita, pero desafortunadamente una avería durante el lanzamiento dañó el funcionamiento del sistema de control térmico. Además, parte del aislamiento térmico se desgarró, por lo que la temperatura interior alcanzó los 40 °C. De acuerdo con la NASA (National Aeronautics and Space Administration por sus siglas en inglés), se cree que Laika sobrevivió sólo unos dos días en lugar de los diez que estaban previstos debido al calor.

El 14 de abril de 1958, después de 162 días en órbita, el Sputnik 2 decayó y volvió a entrar en la atmósfera.

Aunque la misión era prácticamente suicida debido a que no había manera de que la nave regresara a salvo a la Tierra, después de los diez días programados, Laika se quedaría sin oxígeno, pero ahora se sabe que probablemente sólo sobrevivió uno o dos días.

Su sacrificio no fue en vano, pues los científicos rusos lograron recabar los primeros datos sobre el comportamiento de un ser vivo en el espacio exterior.

AGA

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