Quién era el Charro Negro y qué dice la leyenda

Conoce la historia del charro negro, un hombre que pudo haberlo perdido todo por la avaricia.

Leyenda del Charro negro / Especial
México. /

Alguna vez, ¿te ha tocado ver a un hombre alto, elegante y vestido de charro negro?, cuidado, pues de acuerdo con la tradición popular en México, podría tratarse del mismo demonio que viene en la búsqueda de una víctima para seducir.

La leyenda del Charro Negro es una de las narraciones tradicionales más conocidas en el país y probablemente una de las que más testimonios ha recabado, pues en pleno 2023 no es nada común ver por las calles un jinete vestido de negro acompañado de un caballo relinchante, negro azabache que impone respeto.


De acuerdo con la voz popular que se ha transmitido de generación en generación el charro es la figura del demonio que viene a tentar a hombres, sobre todo, que tienen problemas económicos con el supuesto afán de seducirlos para llevarlos hacia la muerte.

Esta figura podría aparecerse y conversar contigo, para después ofrecerte una bolsa de monedas de oro, o llevarte a un lugar en dónde podrías hallar una gran fortuna, pero, al tomar este dinero perderías la vida en extrañas circunstancias quedándote en el anhelo de tener una vida mejor o acumular riquezas.

Hasta el momento, como toda historia que proviene de la voz popular, no hay casos documentados de la existencia del Charro Negro, pero sí hay una gran cantidad de historias que se relacionan con esta leyenda.

Aquí en TELEDIARIO te contaremos una de las versiones más extendidas sobre el charro negro, además de que te proporcionaremos algunos datos interesantes sobre esta historia.

¿Cuál es la leyenda del Charro Negro en México?

Cuenta la leyenda que por el año de 1896 jornaleros y mineros mexicanos trabajaban durante varias horas sin descanso alguno, padeciendo hambre, sed, sueño y agotamiento que reducía su existencia a esclavos de hombres poderosos que abusaban de su autoridad.

Sumergido en esa realidad se encontraba Juan, un hombre que no veía que todos se encontraban sumidos en la misma miseria y que prefería poner el dedo en la llaga hablando sobre su infortunio, siempre queriendo más de lo que podía obtener y quejándose continuamente de su pobreza.

Durante el ocaso de un día, luego de terminar su trabajo se dirigió a la cantina más cercana en dónde comenzó a beber en compañía de otros hombres que padecían su mismo mal, al calor de las copas el hombre develó su deseo más profundo “quisiera ser el hombre más rico y poderoso del mundo”.

Esa reunión terminó y cada hombre decidió volver a su hogar para comenzar una nueva jornada al día siguiente, Juan pagó sus últimas monedas al cantinero y dijo: “trabajo todo el día y el dinero no me alcanza ni siquiera para estar los suficientemente borracho, para olvidarme de mis penas”.

Así, cabizbajo salió de la cantina y emprendió el camino a casa cuando de momento un hombre alto vestido de charro se le cruzó en el paso y lo seguía silenciosamente, en medio de la oscuridad solo se podían escuchar las herraduras del caballo sobre el terreno de terracería, Juan no decía nada pero estaba extrañado con aquella presencia.


Al estar frente a su vivienda desde afuera podía distinguirse a su familia durmiendo y el charro negro seguía junto al hombre que con miedo le dijo: “gracias por acompañar a este desgraciado muerto de hambre”, mientras miraba las espuelas de plata y el traje perfecto ceñido al cuerpo que portaba aquel hombre.

Fue entonces cuando el charro hizo lo propio y tentó a Juan diciéndole, “tu vida puede cambiar, puedes cumplir tu deseo de ser el más rico de este pueblo, respetado y valorado por todos aquellos que alguna vez te han menospreciado”

Juan con un brillo inusual en los ojos le dijo: “yo haría lo que usted me pidiera si me promete que seré el hombre más poderoso y respetado”

La tarea que proponía el charro era sencilla pero extraña, pues Juan tendría que dirigirse a la cueva del Coyote, que en su momento fue una mina muy prolija, pero que en ese entonces se encontraba vacía, pero a pesar de eso Juan aceptó y se subió al caballo acompañado de aquel misterioso hombre.

Al llegar a la mina el hombre descubrió un agujero en el cual había una víbora que lo observaba minuciosamente, debajo de ella había cientos de monedas de oro que podían ser tomadas por Juan a cambio de entregar en prenda la vida de su hijo menor.

Sin pensarlo y creyendo que todo se trataba de un sueño o una alucinación por la borrachera Juan tomó todas las monedas que pudo guardarse entre la ropa y su morral y regresó corriendo a casa, escondió las monedas bien y abrazó a su hijo menor con la esperanza de protegerlo, lamentablemente esa fue la última ocasión que se le vio con vida.

Sin embargo, al despertar se dio cuenta que el menor no estaba, que su mujer lloraba y que las monedas que había tomado una noche antes se habían multiplicado, pero al salir a buscar a su hijo lo encontraron muerto al fondo de un pozo.

Agobiado por lo ocurrido Juan buscó la manera de resarcir su acto y hasta llegó a pensar que todo se trató de una cruel coincidencia, pero aún así decidió comenzar a gastar el dinero, su primer gasto fuerte fue el funeral del pequeño, para el cuál contrató mariachis e hizo una gran comida a la que acudió todo el pueblo.

Gente que nunca lo había volteado a ver antes, en ese momento le daba el pésame, con lo que Juan sintió que era respetado por el dinero que ahora tenía.

Así sin más se olvidó del dolor de perder a un hijo y comenzó a gastar sin medida, hasta que de momento su fortuna se esfumó, perturbado por esta pérdida Juan anhelaba volver a encontrarse a aquel hombre que había cambiado su destino.

Para su mala fortuna en su camino se volvió a cruzar con él y Juan volvió a ser rico pero esta vez se despidió de su primogénito, sin sentir dolor y aturdido por la emoción de ser un hombre de dinero decidió esta vez invertir su oro para que no se le acabara nunca.

Pero él no contó con que el charro negro ya tenía su destino trazado por lo que se le apareció una última vez pero esta vez ofreciéndole una mina repleta de oro para ello Juan tenía que subir al caballo nuevamente y acompañarlo a conocer el tesoro.

De Juan solo quedó el cuerpo destrozado sobre un camino de terracería empuñando con la mano un gavilán de acero cubierto con su propia sangre.

Según la leyenda, el Charro Negro sigue apareciendo en las noches, sobretodo cerca de caminos rurales o lugares solitarios para encontrar a su próxima víctima.


Datos interesantes sobre la leyenda del Charro Negro

Hay personas que aseguran que este misterioso charro vestido de negro cuida a las personas desinteresadas y las aleja de cualquier tentación, pero castiga a los más avaros poniéndoles la tentación de por medio.

Quienes aseguran haberlo visto recomiendan no hacerle caso y seguir el camino sin mirar al hombre.

La leyenda está más extendida sobre todo en los estados de Puebla, Jalisco, Veracruz y Guanajuato.

Ahora que conoces la historia completa del Charro Negro, ¿qué harías si se cruzara por tu camino?

ERV

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  • Elizabeth Román
  • Editora web en Telediario Puebla. Egresada de la licenciatura Lingüística y Literatura Hispánica de la BUAP.
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