Estudiantes veteranos del Colegio del Estado, hoy Universidad de Guanajuato, contaban a los alumnos de nuevo ingreso que el espíritu del Padre Mangas se aparecía en los pasillos de la institución, pero es o no real su aparición, aquí te lo contamos.
Desde antes de los años 40, los jóvenes tenían como tradición intimidar a los novatos diciéndoles que por los tenebrosos pasillos y en especial en la capilla, que hoy en día es la sala de acuerdos del Consejo Universitario, se encontraba el ánima del Padre Mangas.
Los 'chinches' como eran llamados los novatos, consideraban esto como un tabú y ni siquiera se animaban a preguntar quién era el Padre Mangas, ellos admitían la historia como verdadera y no hacían cuestionamientos al respecto.
En esa capilla se encontraba un óleo con el medio busto del sacerdote, más impactaba la idea de toparse con el alma del supuesto Padre Mangas en cualquier momento.
¿Quién fue el Padre Mangas?
Después de semanas y meses, los estudiantes nuevos se iban enterando de quién era este Padre, se daban cuenta de que había sido maestro y rector del Colegio prácticamente desde sus inicios en el año de 1732, cuando había pertenecido al clero, y después siendo ya un establecimiento oficial, en 1828.
Marcelino Mangas, como era su verdadero nombre, fue un sacerdote humilde y ejemplar, entre sus virtudes lo destacaban como un gran patriota o de insigne maestro de lo que dio prueba y testimonio en todas las ocasiones de su vida, transmitiendo esos altos valores a sus alumnos. Mientras fue rector paso por diversos momentos de contrariedades y problemas pero eso no lo logró doblegar.
Cuando dio inicio la guerra de Independencia, y particularmente cuando llegó Iturbide y dispuso que el Colegio se convirtiera en Casa de Moneda, lo que suponía la clausura de las cátedras que allí se impartían, gracias a la profunda vocación que el Padre Mangas sentía por la enseñanza y todo lo que esta supone, en las piezas que en el entresuelo del edificio consiguió para su morada, seguía impartiendo sus cátedras, con gran sacrificio y hasta con riesgo de recibir algún castigo.
El Sacerdote prolongó la impartición de sus clases de esta manera hasta que se estableció la República, en 1828, año en que se creó la entidad estatal guanajuatense; de ahí el nombre de Colegio del Estado.
Gracias a él se realizó la reforma completa del antiguo Colegio en participación con el primer gobernante de ese régimen, Don Carlos Montes de Oca, y el cambio en un establecimiento oficial sostenido por el Gobierno y la caridad de personas altruistas en 1732, como su fundadora Doña María Josefa de Busto y Moya, cuya efigie esculpida en bronce se localizaba en la entrada principal del edificio, y a Don Pedro Bautista Lascuráin de Retana, nombre que lleva la calle donde se ubica la que hoy es la Universidad de Guanajuato.
El Padre Mangas fue recordado en la ofrenda de muertos del año 2002, en las escalinatas del edificio principal de la Universidad de Guanajuato.