En 2012, Gillian y Adrian Bayford celebraron con una gran sonrisa y una copa de champaña algo que la mayoría de las personas creen imposible vivir, ganar 200 millones de dólares con un boleto de lotería, sin embargo, una década después de haber ganado el premio mayor del Euromillón, la pareja no soportó el peso de la fortuna y ahora todo ha dado un cambio drástico.
Fue Adrian quien compró el boleto ganador y le dio el triunfo a la pareja, quienes en cuanto supieron que era dueños de una enorme fortuna, buscaron dónde invertir su dinero.
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Entre los planes de la pareja se encontraba comprar una casa nueva, un coche, recorrer las Montañas Rocosas de Estados Unidos en tren, llevar a sus hijos a Disney y donar una parte del premio a alguna organización de beneficencia infantil.
Gillian renunció su trabajo como empleada de limpieza de un hospital en Inglaterra, mientras que Adrian continuó trabajando en su tienda de música del Condado de Suffolk, pues pretendía que este gran suceso no cambiara su vida, sin embargo, las cosas no salieron como lo pensaban.
Un año después de haberse convertido en millonarios, Gillian y Adrian decidieron separarse, por lo que la mujer dejó su vida familiar en Suffolk y se mudó a su natal Escocia con sus dos hijos.
En 2016 estableció un fondo inmobiliario en el que invirtió una gran cantidad de dinero con la meta de hacerse de varias viviendas, pero lo único que consiguió fueron deudas y muchos problemas económicos.
Adrian por su parte abrió una tienda de recuerdos de películas y discos, además de comprar 38 casas para alquilarlas y tener ganancias de las rentas, sin embargo, esto tampoco le funcionó y le trajo varios problemas.
Bayford lleva varios años intentando vender su gran residencia para tener un poco de efectivo, sin embargo, no ha llegado a algún acuerdo con posibles compradores y el inmueble de 7 dormitorios y tres salas de recepción, sigue a la venta.