ESTADOS UNIDOS.- A medida que comienza 2019, el precio de las acciones de Facebook ya perdió más de una cuarta parte de su valor en el último año. La semana pasada, en una nota de año nuevo, Zuckerberg admitió que todavía tenía mucho trabajo por hacer.
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Pero el fundador de Facebook señaló cambios, como emplear a 30,000 personas que trabajan en temas de seguridad y la inversión de miles de millones de dólares en seguridad cada año. La compañía también introdujo nuevas opciones de privacidad e hizo que la publicidad dirigida sea más transparente, al publicar una base de datos de anuncios políticos.
“En la actualidad, somos una empresa muy diferente de la que éramos en 2016, o incluso hace un año”, escribió Zuckerberg “Alteramos nuestro ADN para enfocarnos más en la prevención de daños, y cambiamos una gran parte de nuestra empresa para trabajar en la prevención de daños”. Sin embargo, tal vez los cambios son muy pequeños y llegan demasiado tarde, ya que los políticos cuestionan cada vez más el tamaño y la influencia de la compañía. En Estados Unidos, el congresista demócrata David Cicilline cree que es hora de que el gobierno intervenga.
“Facebook y las otras grandes plataformas de tecnología no son capaces de regularse ellas mismas”, dijo. En 2018, Zuckerberg comenzó con una resolución para reparar la compañía, después de que se descubrieron las campañas de desinformación en su plataforma.
Se comprometió a invertir en la eliminación de los trolls rusos, y la propagación de discursos de odio y noticias falsas por parte de los usuarios. Pero en marzo, Facebook tuvo que emitir una importante disculpa pública, después de que se reveló una enorme filtración de información de hasta 87 millones de usuarios a Cambridge Analytica, la firma de análisis de datos que trabajó para la campaña presidencial de Donald Trump en 2016.
Fue la primera de muchas disculpas que haría la red social a lo largo del año. A finales de 2018, la compañía fue blanco de más críticas por la forma en que enfrentó las crisis, incluyendo la contratación de una firma de relaciones públicas para desprestigiar a sus opositores de la compañía. La semilla de los problemas de Facebook se sembró muchos años antes de 2018, ya que los líderes de la compañía supusieron que el crecimiento de usuarios e ingresos basados en datos, que era bueno para la red social, también lo era para el mundo en general.
Zeynep Tufekci, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, dijo que el año pasado le demostró a Facebook que su modelo de negocio de recopilar grandes cantidades de datos para mejorar la publicidad dirigida erosionó enormemente la confianza.
“Una vez que una cantidad de datos como esa se recopila bajo este tipo de modelo de negocios, las brechas de seguridad, las filtraciones y los arreglos de intercambio mal administrados se vuelven casi inevitables”, dijo.
Reguladores, activistas e incluso empleados cuestionaron desde hace mucho tiempo el enfoque de privacidad de Facebook. En 2011, Max Schrems, un activista de privacidad austriaco, se quejó ante el regulador irlandés de protección de datos sobre las fallas en el manejo de la información que hizo la compañía. “Honestamente, fue como el año de sorpresas para todos los que no habían prestado atención a Facebook anteriormente”, dijo.
La cultura corporativa de Facebook puede resumirse en su lema inicial: “Muévete rápido y rompe cosas”. Pero David Kirkpatrick, periodista de tecnología y autor de The Facebook Effect, sostiene que a la compañía la motivaban las utilidades. En una serie de entrevistas después de las revelaciones de Cambridge Analytica, Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, dijo que la compañía nunca intentó maximizar las utilidades.
Pero Kirkpatrick insistió en que sí. Kate Losse, una de las primeras empleadas de Facebook, remonta sus problemas hasta el momento en que Zuckerberg y otros crearon la plataforma y el feed de noticias. Losse dijo que su obsesión con un intercambio sin problemas, hizo que las protecciones de privacidad e informar a los usuarios sobre quién tenía sus datos tuvieran el aspecto de obstáculos innecesarios.
“El empuje competitivo de Facebook provocó que las cosas se les salieran de las manos, de tal manera que comenzaron a perjudicar a la compañía”. Sin embargo, los críticos dicen que a pesar de la insistencia de Zuckerberg, la empresa no aprendió muchas lecciones del año pasado, y sus retos serán más complejos a medida que busque resolver sus problemas de reputación.
JM