El melanoma es un tipo de cáncer de piel que rara vez puede resultar de un lunar común o de un nevo displásico, pero debes estar alerta con algún cambio en tus lunares que tienes de nacimiento o si aparece uno en edad adulta y acudir a consulta.
Por el Día Mundial del Melanoma, te damos a conocer siete cambios en tu lunares que debes checar con tu médico para prevenir.
De acuerdo con la Clínica de Oncodermatología de la UNAM, tener más de 50 lunares es motivo de consulta y no significa que sea una enfermedad, pero es un marcador visible de susceptibilidad de desarrollar cáncer en la piel.
Alteraciones que debes revisar:
- Cambios de color
- El lunar se vuelve más pequeño o más grande sin uniformidad
- El lunar cambia en su forma, textura o altura
- La piel de la superficie se vuelve seca o escamosa
- El lunar se vuelve duro o se siente con bultos
- Empieza a dar comezón
- Sangra o exuda
Esto es solo en los lunares comunes, pero también existe en nevo displásico, que se trata de un lunar atípico que suele ser más grande de uno común y de color diferente.
¿Dónde aparecen?
Un nevo displásico puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero se observa con más frecuencia en zonas expuestas al sol, como en la espalda. Las otras zonas que no están expuestas al sol, como en el cuero cabelludo, en los senos y en las zonas abajo de la cintura
Médicos recomiendan que las personas que tienen nevos displásicos revisen su piel una vez al mes.
Por ello es importante proteger la piel del sol y alejarse de las lámparas solares y de las camas de bronceado. Incluso para los que tienen nevos displásicos, es aún más importante evitar quemarse o broncearse al sol.
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