CIUDAD DE MÉXICO.- Para el afamado productor hollywoodense, Harvey Weinstein, el movimiento #MeToo, se convirtió en su peor pesadilla, después de que, en 2017, The New York Times, publicara un reportaje sobre acoso sexual ejercido por él.
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Documentado inicialmente con el testimonio de ocho actrices, además de entrevistas con empleados y ex empleados, documentos legales y correos electrónicos.
Esa solo era la punta del iceberg, pues el movimiento cobró fuerza e impulsó las denuncias de más de 80 mujeres que revelaron que Weinstein fue un depredador sexual durante treinta años que abusó de su poder en el medio cinematográfico.
El productor fue despedido de Weinstein Company y actualmente enfrenta un juicio en Estados Unidos por las acusaciones de acoso y abuso sexual en su contra.
Aunque hasta ese entonces, se visibilizó mundialmente el movimiento #MeToo, fue creado desde 2006 por la activista Tarana Burke, para atender a mujeres jóvenes de comunidades marginadas que sufrieron algún tipo de violencia sexual.
Después de casi dos años, #MeToo resurgió en México en marzo, cuando decenas de mujeres denunciaron en redes sociales acoso sexual y psicológico por parte de escritores, periodistas fotógrafos y activistas.
Principalmente, veinte nombres saltaron a la luz, como los más mencionados en las denuncias realizadas.
Luego surgiría #MetooEscritores, surgió #MeTooPeriodistasMexicanos, #MeTooFotógrafos y #MeTooCineastasMexicanos. El código de denuncias en la página de Periodistas Unidas Mexicanas, establece que el anonimato del denunciante, es lo más importante y también, expone una apertura ante el derecho de réplica de los imputados.
Cientos de denuncias de presuntos acosadores fueron exhibidas y en algunos casos, se tomaron cartas en el asunto, como fueron los casos del periódico Reforma, Chilango y Más por Más.
Desde su surgimiento, el movimiento ha despertado fuertes críticas por algunas denuncias realizadas desde el anonimato que supuestamente han causado linchamiento mediático, sin embargo, la realidad es que este movimiento ha visibilizado la falta de protección y protocolos para combatir la violencia contra las mujeres.
JM