En los últimos años una gran números de mexicanos han cambiado sus hábitos alimenticios, pues de acuerdo al estudio ‘Socioeconomic, demographic and geographic determinants of food consumption in Mexico’ las personas han dejado de consumir frijoles y maíz.
Estos cambios en la dieta de las mexicanos han impactado en la salud de la población y afectado diversos ecosistemas de México.
Esta investigación se inició con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, realizada por el Instituto Nacional de Salud Publica en colaboración con Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
“Lo que intentamos hacer con el artículo fue agrupar a las personas en México dependiendo de los alimentos que consumen, de sus patrones de alimentación, y permiten evaluar qué tan buena o mala es ésta en las personas”, explicó Ana Ortega-Avila, profesora en Ciencias de la Nutrición Humana.
El estudio se encontró que la población mexicana se divide en cuatro patrones de alimentación:
Básico (6% de los habitantes)
- La mayoria de las personas de este grupo se encuentra al sur de México y su dieta alimenticia es tradicional.
Prudente (26% de los habitantes)
- Este grupo tiene una dieta más balanceada e incluye más frutas y vegetales.
Alto en carnes (60% de los habitantes)
- Las personas que pertenecen a este grupo consumen carnes y cereales.
Bajo en frutas (8% de los habitantes)
- Este grupo es caracterizado por comer muy pocas frutas y verduras e ingerir más grasa y azucares.
De acuerdo a Louse Guibrunet, miembro del Departamento de Geografía Social del IGg, la dieta de los mexicanos depende de la zona donde radiquen y del nivel de sus ingresos.
“Los individuos del nivel socioeconómico más alto consumen un 20 % (261 gramos) más alimentos al día que aquéllos con ingresos más bajos. Las personas de este nivel económico tendían a comer más legumbres y maíz (entre un 15 y un 20 % más que el promedio nacional para los dos grupos más bajos)”, agregó Louse Guibru.
El estudio arrojó que el consumo de alimentos como las frutas, verduras, lácteos carnes, grasas cereales, pescado y frutos secos, aumento con el nivel socioeconómico.
Al tomar en cuenta la variable del sexo y la edad, el estudio encontró diferencias, ya que los hombres consumieron un 17 % más de comida al día que las mujeres.
Asi mismo, las poblaciones rurales comieron un 37 % más de maíz y un 36 % más de legumbres que las poblaciones urbanas.
Louse Guibrunet argumento que los resultados del estudio tienen implicaciones para la sustentabilidad de México.
“El sector alimentario es uno de los que más contribuye a las grandes problemáticas ambientales, como son el cambio de uso de suelo y las emisiones de gases de efecto invernadero las cuales abonan al cambio climático. En particular, la producción de carnes rojas es la que más contamina” mencionó Guibrunet.
De acuerdo al estudio, cada vez menos mexicanos mantienen una dieta con consumo de proteínas principalmente vegetal, como el frijol y que por el contrario más de la mitad de la población consume mucha carne.
MAR