“Nada es imposible si te lo propones”, podría ser el lema de una mujer que, tras una decepción amorosa, logró bajar 30 kilos y convertirse en fisicoculturista.
Esta es la historia de Carla Crocco, una mujer que desde pequeña sufría de bullying por su sobrepeso y que con el paso del tiempo logró cambiar su estilo de vida y convertirse en lo que es hoy en día.
Carla cuenta que cuando tenía 12 años escribió una carta de amor para el chico que le gustaba, sin embargo, esta fue regresada con un mensaje de “No me gustas, eres gorda”, una situación que la dejó marcada.
Relata que durante la adolescencia intentó muchas veces comenzar a cambiar su rutina y tener un cuerpo distinto con el fin del quitarse el mote de “gordita”, sin embargo, no fue hasta los 29 años que Carla se dio cuenta de lo que le estaba haciendo a su cuerpo y a los riesgos a los que se enfrentaba, por lo que comenzó a tomarse en serio la actividad física y la alimentación saludable.
“Tenía 29 años y entendí que estaba poniendo en riesgo mi salud, más allá de lo estético. Al principio me lo impuse, iba tres veces a la semana, hacía zumba, step, funcional. En un año logré bajar 30 kilos, para entonces ya me había hecho un grupo de amigas y le empecé a agarrar el gustito”, cuenta Carla.
Poco a poco, este gusto comenzó a hacerse más fuerte hasta convertirse en un estilo de vida para ella que la llevó al fisicoculturismo. De momento, tiene ya dos años practicándolo y ha competido en cuatro torneos, logrando siempre posicionarse entre los tres primeros lugares.
Carla comparte constantemente en sus redes sociales su trabajo y su avance y busca ser un ejemplo para los demás.
“También muestro la etapa de volumen donde no estoy marcada y tengo panza, ahí explico que el cuerpo de torneo es para el día de la competencia y trato de predicar esto de ‘si yo pude, vos también’”.
Para Carla, lo importante es ser disciplinado y tener paciencia, pues los resultados no llegan nunca de la noche a la mañana.
“Hay que proponérselo, hay que tener constancia. No es mágico el cambio y aunque lo estético viene de la mano, lo que van a ganar es salud. Hoy me siento bien, mi cuerpo es funcional, puedo correr un colectivo sin agitarme, me hago un análisis y me sale todo bien. La verdad que este deporte me cambio la vida”, remató Carla Crocco.