BUDAPEST. - Tras haber dado positivo por Covid-19 y contraído neumonía, la húngara Szilvia Bedo-Nagy se enteró de que había dado a luz a su hija Napsugar cuando salió de un coma inducido más de un mes después.
Tenía un embarazo muy avanzado cuando le diagnosticaron COVID-19 a fines del año pasado y la enviaron a casa a cuarentena. Pero a medida que su condición empeoraba, la llevaron de regreso al hospital.
"No podía respirar", dijo Bedo-Nagy a Radio Free Europe desde su casa en la ciudad rural de Hatvan. "Resultó que era neumonía".
La trasladaron a Budapest y Napsugar, que en húngaro significa "sol", nació por cesárea. Bedo-Nagy quedó internada en la unidad de cuidados intensivos con un ventilador, luego un pulmón artificial y, finalmente, en un coma inducido.
Mientras estaba en el hospital, su esposo, Jozsef Bedo, cuidó a su hija, temiendo que su esposa no sobreviviera.
Hungría tiene las tasas de muertes por COVID-19 más altas del mundo por cada 100 mil personas, según datos de la Universidad Johns Hopkins, y en algunos hospitales hasta el 80 por ciento de los pacientes con respiradores no sobrevivieron.
Pero alrededor de la época navideña, Bedo recibió una llamada de un médico que le informó que habían despertado a su esposa.
"El médico dijo que mi esposa estaba tratando de ponerse en contacto conmigo", contó Bedo. "Al día siguiente fui a visitarla. Estaba despierta y cuando le preguntaba algo me contestaba con la mirada".
La víspera de Año Nuevo de 2020 fue la primera vez que Bedo-Nagy recuerda haber estado despierta después de su terrible experiencia, pero dijo que aún no sabía lo que había sucedido.
"No tenía idea de lo que estaba pasando. Me estaba señalando el vientre para preguntar cuándo di a luz (...), entonces el médico dijo que la bebé había nacido hace un tiempo".
Su médico, Bela Merkely, dijo que el de Bedo-Nagy era un caso fascinante e inusualmente complicado.
cog