Ahorrar es uno de los hábitos más importantes y del que más se habla en la actualidad, pues debido a la crisis económica que se traviesa en el mundo, las personas buscan poder ahorrar y así mantener una buena calidad de vida.
Por esta razón, muchas personas, preocupadas por su futuro, han buscado otras medidas para así ahorrar y asegurarse de contar con una económica estable.
Este es el caso de Gwen Merz, una joven mujer estadunidense quien tenía como objetico ser independiente financieramente y además, poder retirarse joven.
Para ello, tras salir de la universidad comenzó a ahorra la mayor parte de sus ingresos, siguiendo paso a paso el movimiento FIRE (independencia financiera, retiro anticipado); sin embargo, su meta requería hacer varios sacrificios.
Gracias a su constancia, a la edad de 27 años, ya había ahorrado 200.000 dólares, sin embargo, comenzó a notar que no era estable emocionalmente, pues durante sus primeros años profesionales, ahorraba entre el 70% y el 80% de sus ingresos, privándose se salir con familia, amigos o de tener pareja.
Además de esto, utilizó otras estrategias, una de ellas fue comprar una propiedad y alquilarla; no ir a eventos como conciertos, no salía a citas y no realizaba actividades de ocio, que implicaran gastar mucho.
En cambio, buscaba hacer actividades que no le generaran gastos extra; sin embargo, con el tiempo comenzó a sentirse sola e incluso su vida sentimental se vio a afectada pues no conseguía una pareja estable.
Además, su carrera profesional también se vio a afectada, pues tras no socializar con sus compañeros de trabajo, no logró establecer relaciones laborales que le beneficiaran en un futuro, descartando oportunidades laborales o de desarrollo en su trabajo.
Cabe destacar que debido a su ahorro extremo, vivía en un estudio pequeño, esto provocaba que siempre estuviera estresada o incomoda, pues no contaba con espacio suficiente y esto afectaba su calidad de vida y sus actividades diarias.
Tras varios años con este estilo de vida, finalmente reflexionó y se dio cuenta de que esto beneficiaba su bolsillo pero afectaba sus relaciones personales, por lo que decidió poner un alto y comenzar a hacer ciertos cambios.
Para esto, tuvo que dejar de ahorrar de manera tan estrictica, por lo que se abrió a gastar en cosas en las que antes no lo hacía, pero que le permitían poder relacionarse con las personas importantes de su vida.
Finalmente, esto mejoró su estilo de vida, y logró encontrar un equilibrio entre sus hábitos financieros y su salud mental, además de lograr conectar con su familia y amigos.