MOSCÚ. - Una mujer rusa que fue hospitalizada estando embarazada y con niveles que los médicos vieron como potencialmente fatales de daño pulmonar por el COVID-19, se reunió con su bebé recién nacido tras pasar 51 días conectada a un respirador mecánico y dar a luz por cesárea.
Oksana Shelomentseva fue hospitalizada en la ciudad siberiana de Irkutsk en la semana 32 de su embarazo, después de haber tenido fiebre alta durante tres días. Estudios mostraron un daño pulmonar catastrófico y que su bebé por nacer no estaba recibiendo suficiente oxígeno.
Los médicos realizaron de inmediato una cesárea que dio como resultado el nacimiento de Liza, pero aún temían por la recuperación de la madre, que pasó casi dos meses con un ventilador para ayudarla a respirar.
"Fue un caso muy grave", dijo Galina Shkandriy, jefa del Departamento de Anestesiología y Cuidados Intensivos del hospital donde se trató a Shelomentseva, a la agencia de noticias RIA. "Cuando consultamos a médicos de toda la ciudad, todos dijeron 'probablemente no podrás hacer nada porque con esos indicadores, la gente no sobrevive'".
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"Oksana pasó 51 días en cuidados intensivos en una condición sumamente grave. Pudimos salvarla del daño pulmonar más severo y la falla orgánica múltiple", señaló Shkandriy.
Shelomentseva fue dada de alta el lunes y regresó a casa con su esposo y sus tres hijos, incluida Liza.
Rusia, que está al borde de los 3,5 millones de contagios, tiene la cuarta mayor cifra de casos en el mundo, detrás de Estados Unidos, India y Brasil. Además, ha informado 62.804 muertes por el virus.
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