Muro de Berlín de chocolate es 'derribado' celebrando 30 aniversario

Un escultor francés realizó una réplica del famoso muro elaborándola con 200 kilos de chocolate, donde los transeúntes pudieron pasar a verlo y llevarse consigo unos cuantos pedazos para el postre.

Nacional /

PARÍS. — Un escultor francés de chocolate celebró este sábado el 30 aniversario de la caída del Muro de Berlín dando un martillazo a una réplica hecha de chocolate de la infame barrera.

 

Elaborado con 200 kilos (de chocolate, el muro garabateado con las palabras “libertad” y, en alemán, “¡Soy berlinés!”, fue derribado sobre el pavimento frente a la chocolatería de Roger en París, deshaciéndose en cientos de pedazos, que fueron distribuidos a los transeúntes.

Simulando la manera en la que los berlineses martillaron el muro de concreto hace 30 años, el escultor Patrick Roger y un asistente atacaron la réplica con gusto. Rápidamente hicieron un hueco con sus martillos y estrecharon la mano extendida de alguien que estaba al otro lado.

 

Los maravillados transeúntes mordisquearon los trozos y se llevaron bolsas enteras.

 

Roger dijo que se sintió “increíble compartir el sabor, los valores y un cierto aire de libertad”.

 

“Es increíble, 200 kilos de chocolate se fueron en cuestión de minutos”, agregó.

 

Entre los parisinos y turistas que presenciaron el espectáculo estaba Cécile Revéret, quien vivió durante unos años en Alemania Oriental antes del colapso del muro, un momento crucial en la caída del comunismo en Europa del Este.

 

“Fue una idea magnífica. Por eso vine. Ahora tengo trozos del muro”, dijo Revéret. “No estuve ahí para la caída en 1989, pero con mi corazón apoyaba la reunificación y a todos los alemanes orientales con los que tuve oportunidad de convivir y quienes a veces mencionaban el muro con lágrimas en los ojos”.

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Simulando la manera en la que los berlineses martillaron el muro de concreto hace 30 años, el escultor Patrick Roger y un asistente atacaron la réplica con gusto. Rápidamente hicieron un hueco con sus martillos y estrecharon la mano extendida de alguien que estaba al otro lado.

 

Los maravillados transeúntes mordisquearon los trozos y se llevaron bolsas enteras.

 

Roger dijo que se sintió “increíble compartir el sabor, los valores y un cierto aire de libertad”.

 

“Es increíble, 200 kilos de chocolate se fueron en cuestión de minutos”, agregó.

 

Entre los parisinos y turistas que presenciaron el espectáculo estaba Cécile Revéret, quien vivió durante unos años en Alemania Oriental antes del colapso del muro, un momento crucial en la caída del comunismo en Europa del Este.

 

“Fue una idea magnífica. Por eso vine. Ahora tengo trozos del muro”, dijo Revéret. “No estuve ahí para la caída en 1989, pero con mi corazón apoyaba la reunificación y a todos los alemanes orientales con los que tuve oportunidad de convivir y quienes a veces mencionaban el muro con lágrimas en los ojos”.

 

 

 

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