Este 12 de octubre, celebramos un aniversario más del descubrimiento de América por el extranjero, Cristóbal Colón. Sin embargo, en más de una ocasión, historiadores han presentado evidencias de asentamientos vikingos en Terranova y la existencia de un tráfico comercial con Polinesia a través del océano Pacífico, generando relaciones gastronómicas en la elavoración de platillos, ingredientes y especias.
Paul Rivet, un etnólogo francés, demuestra que una variedad de cultivos, como el camote, algodón y cocoteros, existían en ambas regiones del continente antes de la llegada de los europeos, al igual que el famoso horno de tierra, conocida en la Polinesia como umu. En México, dicho horno es el instrumento tradicional para la elaboración de barbacoa.
“Recordemos que este horno, que es uno de los elementos más característicos de la civilización polinésica, es un horno de profundidad, que se hace perforando una fosa en el suelo, donde se calientan hasta el estado de incandescencia en las piedras, sobre las cuales se depositan los alimentos (tubérculos, peces, moluscos, carne) envueltos en hojas; enseguida se cubre la fosa con tierra; al cabo de cierto tiempo, los alimentos se han cocido y se consumen en un banquete donde los invitados hacen gala de un regocijo tan particular que se piensa en una fiesta ritual, en una especie de banquete medieval o en una saturnal", informó el etnólogo francés.
Una de las evidencias más claras, es la preparación del cerdo para un luau, un tradicional banquete hawaiano.
Gracias a los conocimientos en las corrientes marinas, sumadas a la habilidad para orientarse por medio de las estrellas, al igual que su capacidad para cubrir más de 120 kilómetros de navegación, permitiéndoles reducir la distancia que separa Hawái de la costa californiana, o llegar en 20 días desde la isla de Pascua, hasta la costa de América del Sur.
Algunos datos curiosos
Al horno polinésico se le conoce entre los mapuches chilenos y quechuas peruanos, con el nombre de curanto y pachamanka.
En el siglo X se asentarón vikingos en Terranova, cinco siglos antes de arribar Cristóbal Colón al continente americano.
En el siglo XV fue la expedición del emperador inca Túpac-Yupanqui, en la que se cree que alcanzó las islas polinesias.