La nave espacial Orion ha sido diseñada para viajar al espacio, montada encima del Sistema de Lanzamiento Espacial o SLS, por sus siglas en inglés Space Launch System.
Este cohete superpesado de la NASA será el encargado de empujar a Orion para que pueda llegar hasta la Luna, e incluso un poco más allá.
Se espera que próximo mes de agosto se desarrolle la misión Artemis I que llevará a Orion (sin tripulación) a orbitar el satélite natural de la Tierra en una misión que tendrá una duración planeada entre 26 y 42 días.
Orion se compone, en realidad, de tres partes: el sistema de cancelación de lanzamiento, el módulo de tripulación y el módulo de servicio.
Como ya se mencionó, Orión es una pieza clave del programa de la NASA, mismo que planea llevar astronautas de nuevo a la Luna en 2025. Y en dado caso de que en agosto próximo supere exitosamente la misión Artemis I, cumplirá su primera gran meta para establecerse como la plataforma que potenciará los planes norteamericanos para explorar el espacio.
Cabe señalar que, el proyecto ya lleva prácticamente dos décadas de planificación y desarrollo.
Los primeros indicios de Orion se remontan al plan Vision for Space Exploration, que el entonces presidente George W. Bush anunció en enero de 2004. El mismo incluía el desarrollo de un Vehículo Tripulado de Exploración o CEV (Crew Exporation Vehicle).
La idea de la administración Bush era establecer un ambicioso plan para expandir la presencia humana en el espacio. El objetivo más importante era la vuelta de los astronautas a la superficie lunar para el año 2020, aunque no era el único.
Lo cierto es que, entre fines de 2004 y comienzos de 2005, la NASA publicó una solicitud de propuestas para que las empresas interesadas presentaran sus proyectos para el desarrollo del próximo CEV.