La historia de un perrito y su dueño en Escocia se hizo viral, pues la fidelidad del mejor amigo del hombre quedó demostrada de nuevo.
Bobby, el perrito que acompañó durante toda su vida a su dueño, Jhon, mismo que era velador y que después de morir, este visitaba su tumba, así hasta el final de los días del can.
La historia de Bobby dice que este no dejó de custodiar el lecho de su mejor amigo, mismo que murió en 1858 por tuberculosis, y fue enterrado en el cementerio de Greyfrairs.
Dicha historia del perrito escocés se contó en TikTok, donde resumen lo que este hizo por su dueño y todo lo que generó el mostrar su lealtad, pues fueron más de 14 años que el can estuvo en la tumba de su dueño.
El can murió en 1872, y como homenaje, fue enterrado en el mismo cementerio que su dueño, y en el que permaneció casi toda su vida. Donde luego de un tiempo, seguramente se volvió a reunir con su mejor amigo.
Bobby es originario de Edimburgo, y hasta la fecha sigue siendo muy querido por la gente, pues debido a su lealtad le edificaron una estatua, misma que se vlvió parte del sector turístico de la ciudad, pues los visitantes quedan fascinados con su historia y pasan a dejarle a su tumba palos y juguetes.
El alcalde de la ciudad en aquel entonces, pagó la licencia del perrito para que este no fuera sacrificado por ser callejero, además de que le otorgó la ciudadanía.
Incluso, en los alrededores de la tumba y de la estatua de Bobby, se puede encontrar mercancía de este, pues es popular entre ciudadanos y extranjeros.
Cabe destacar que muchos turistas llegan a la estatua y tocan la nariz del perrito, no se sabe por qué, pero han dejado claro que eso no se debe hacer.
MQ