SAN DIEGO. - Años después de que el documental "Blackfish" dinamizara un movimiento para poner fin a las actuaciones de las orcas en SeaWorld, los activistas por los derechos de los animales pidieron esta semana que se ponga fin a los espectáculos con delfines "al estilo de un circo" en los parques temáticos.
En una conferencia de prensa en un hotel cerca del parque de SeaWorld en San Diego, el grupo People for the Ethical Treatment of Animals (Gente a favor del Tratamiento Ético de los Animales, PETA) emitió un informe que documenta los daños físicos y de comportamiento que sufren los delfines por su uso en espectáculos en vivo y su confinamiento en cautiverio.
La mayor preocupación es la práctica de los entrenadores de cabalgar delfines en el agua subiéndose al lomo del animal, dijo Heather Rally, una veterinaria de la Fundación PETA.
Dichas maniobras fuerzan las sensibles mandíbulas inferiores de los mamíferos marinos de tal manera que pueden dañar su audición, lesionar articulaciones y músculos y empeorar otras lesiones causadas por el confinamiento dentro de los estanques en los que se recluye a los delfines.
Someter a los delfines a "tal comportamiento antinatural" también podría provocar una mayor agresión entre los delfines, añadió. Como prueba de ello, Rally dijo que se ha observado que muchos de los delfines de SeaWorld tienen heridas o cicatrices que se producen cuando un animal es mordido por otro mientras nada.
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SAN DIEGO. - Años después de que el documental "Blackfish" dinamizara un movimiento para poner fin a las actuaciones de las orcas en SeaWorld, los activistas por los derechos de los animales pidieron esta semana que se ponga fin a los espectáculos con delfines "al estilo de un circo" en los parques temáticos.
En una conferencia de prensa en un hotel cerca del parque de SeaWorld en San Diego, el grupo People for the Ethical Treatment of Animals (Gente a favor del Tratamiento Ético de los Animales, PETA) emitió un informe que documenta los daños físicos y de comportamiento que sufren los delfines por su uso en espectáculos en vivo y su confinamiento en cautiverio.
La mayor preocupación es la práctica de los entrenadores de cabalgar delfines en el agua subiéndose al lomo del animal, dijo Heather Rally, una veterinaria de la Fundación PETA.
Dichas maniobras fuerzan las sensibles mandíbulas inferiores de los mamíferos marinos de tal manera que pueden dañar su audición, lesionar articulaciones y músculos y empeorar otras lesiones causadas por el confinamiento dentro de los estanques en los que se recluye a los delfines.
"Estamos pidiendo a SeaWorld que por lo menos dejen de subirse a los lomos de los delfines y usarlos como tablas de surf en estos ridículos espectáculos circenses", dijo Rally. "Les pedimos que lleven a estos animales a santuarios junto al mar donde puedan tener la oportunidad de desarrollarse".
Someter a los delfines a "tal comportamiento antinatural" también podría provocar una mayor agresión entre los delfines, añadió. Como prueba de ello, Rally dijo que se ha observado que muchos de los delfines de SeaWorld tienen heridas o cicatrices que se producen cuando un animal es mordido por otro mientras nada.
"TRATADOS COMO LA REALEZA"
En otra conferencia de prensa, representantes de SeaWorld Entertainment Inc defendieron el tratamiento de los delfines y negaron que los programas causen daño alguno.
"Se les trata como a la realeza", dijo Hendrik Nollens, vicepresidente de salud y bienestar animal de SeaWorld, insistiendo en que si las conductas en cuestión causaran molestias a los animales "no las volverían a hacer".
"Son más rápidos que nosotros, son más fuertes que nosotros... Ellos eligen. Ellos deciden si interactúan o no", explicó Nollens a periodistas.
El informe PETA fue coescrito por Rally y el biólogo Toni Frohoff basándose en "observaciones en profundidad" en los tres parques de SeaWorld: San Diego, Orlando y San Antonio.
SeaWorld se enfrentó a una reacción adversa de la opinión pública y a una disminución de sus ingresos tras el estreno en 2013 del documental "Blackfish", que describía el cautiverio y la exhibición pública de orcas como algo intrínsecamente cruel.
La película, que según SeaWorld es inexacta y engañosa, también detalló las circunstancias que llevaron a la muerte en 2010 de un entrenador de SeaWorld que fue arrastrado bajo el agua por una orca con la que había actuado en Florida.
cog